
"La carrera de un actor está marcada por ciclos. La vida en sí es un ciclo. En la actuación empiezas desde abajo, luego subes, subes, subes, hasta que luego empiezas a tener cosas más o menos destacadas y luego bajas y te retiras", expresó en una entrevista la primera actriz Mercedes Pascual, quien falleció a los 88 años la noche del domingo 9 de junio.
“Queridos amigos, mi mamá ya se fue a viajar por las estrellas… los abrazos y manos de todos los que amó son bienvenidos”, redactó su hija Mercedes Olea (hija del segundo esposo de Mercedes Pascual, el promotor cultural y diplomático Víctor Flores Olea), al filo de las diez de la noche del domingo.
Nacida en España el 25 de diciembre de 1930, Pascual inició su carrera como bailarina de ballet cuando tenía unos 12 años, pero también decidió estudiar teatro para poder interpretar mejor las obras dramáticas como Giselle.
“Empecé en el ballet clásico con maestros rusos (…) Luego se me ocurrió estudiar teatro para interpretar las cosas dramáticas de danza, ahí me gustó más la actuación, comencé con una obra que se llamaba Ángeles y payasos, que trataba de bailarines de ballet, fue muy curioso”, dijo Mercedes Pascual, en otra entrevista hace unos años.
Había llegado a México a los nueve años en 1939, exiliada con su familia debido a la Guerra Civil Española; se nacionalizó mexicana desde los 23 años y fue un talento respetado en teatro, cine y televisión. En el país, Mercedes formó parte del Ballet Moderno de Bellas Artes y del Ballet de Ópera de Bellas Artes.
Ya en el teatro fue alumna cercana de Seki Sano, de José Luis Ibáñez y de Dimitrio Sarrés, por mencionar algunos, además de realizar estudios en Francia con el mimo Jacques Lecoq y en Londres en The Central School of Speach and Drama. Desde entonces su trayectoria sumó una participación en más de 70 obras de teatro, además de que fue una reconocida actriz de cine y televisión.
“Había actores que pensaban que trabajar en la televisión era superficial y otros como yo, que pensábamos que te enseñaba mucho porque podrías verte en una imagen y a partir de ahí podías mejorar y corregir muchas cosas”, dijo.
“En un principio no me gustaba hacer películas, las aprecié hasta después. Me incomodaba que, muy de pronto, pasáramos de una cosa y de repente ya tenías que cambiar y hacer otra, y al final pegaban todo, el proceso de hacer una película me hacía sentir que no había ritmo”, agregó.
Su primera telenovela fue Mi esposa se divorcia (1959) y a lo largo de varias décadas de carrera participó en títulos que con el tiempo se convirtieron en clásicos de Televisa como Viviana (1978), Cuna de Lobos (1986), Simplemente María (1989), Teresa (1989) y Muchachitas (1991).
Después haría el cambio a TV Azteca, en donde participó en producciones como Chiquititas (1998), Los Sánchez (2004) y, finalmente, en Emperatriz (2011).
En cine, algunas de sus participaciones fueron El esqueleto de la señora Morales (1960, de Rogelio A. González), Novia que te vea (1994, de Guita Schyfter) y Cilantro y Perejil (1998, de Rafael Montero). Su última película fue Tamara y la Catarina, de 2016, dirigida por Lucía Carreras, por la cual recibió una nominación a los Premios Ariel como Mejor Actriz de Cuadro.
Fue fundadora de la Compañía Nacional de Teatro. También participó en la Compañía de Teatro del IMSS y fue fundadora en 1960 de la Universidad del Teatro de las Naciones en París.
Pascual se casó con el actor Claudio Brook, con quien tuvo a su hija Claudia y después estuvo casada con el diplomático mexicano Víctor Flores Olea, con quien tuvo a Mercedes.
Recibió un merecido homenaje en su 86 aniversario, consistente en una exposición fotográfica en el Centro Nacional de las Artes, y un encuentro con colegas y amigos con los que dialogó: los actores Ignacio López Tarso y Roberto D’Amico, el escenógrafo David Antón, y Mercedes Olea, su hija y actriz.
Los últimos años de su vida los pasó retirada de los escenarios y resguardada en su casa, donde convivía con sus pinturas, fotografías y recuerdos.
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