En la industria cinematográfica mexicana, durante la Época de Oro, se conocía a Roberto Gavaldón como El Ogro, un mote interesante para una figura que con el tiempo se convirtió en el rey del melodrama mexicano. En su momento, su dedicación al género le dio un desprestigio con críticos y cineastas, sin embargo, se hizo de oídos sordos y se dedicó a filmar. La historia lo reconoce como uno de los grandes cineastas mexicanos con filmes como Macario, La rosa blanca y Días de otoño.

Su impacto en el cine es tan importante que este año, en la edición 67 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (del 20 al 28 de septiembre) se mostrarán veinte largometrajes que el cineasta mexicano dirigió entre 1945 y 1974, como parte de uno de los homenajes de este año en el encuentro cinematográfico. El ciclo, organizado con Filmoteca Española, irá acompañado de un libro monográfico dedicado al cineasta.

“Fue uno de los directores más importantes del cine mexicano de los cincuenta y sesenta”, dijeron los organizadores. Nacido en Jiménez, en el estado mexicano de Chihuahua, en 1909, empezó en el medio trabajando como extra, actor, ayudante de dirección y guionista.

Además, han recordado que este realizador trató, por lo general, temas melodramáticos. “Tanto el estilo como los argumentos escogidos le enfrentarían después con las hornadas de críticos y directores más jóvenes que cuestionaron su predilección por un cine de carácter nacional”, han añadido.

Algunos de los títulos programados han sido restaurados por la Cineteca Nacional de México y por Filmoteca UNAM. El ciclo se iniciará con La barraca, su filme de debut, basado en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez, en cuyo equipo trabajaron varios técnicos que se habían exiliado en México al terminar la Guerra Civil.

La retrospectiva concluirá con La madrastra, protagonizada por Amparo Rivelles, una coproducción rodada en España al igual que su anterior trabajo, Don Quijote cabalga de nuevo, para el que contó con Mario Moreno Cantinflas y Fernando Fernán Gómez, y que también se proyectará en San Sebastián.

Sus temas fueron tanto urbanos como rurales, como se puede notar en El rebozo de Soledad o El socio; con dramas enfocados al “cine negro” que sus críticos consideraron copia de las películas policíacas filmadas en Hollywood, pero que trascendieron esa época.

Su arte llega a la cumbre con la película Macario, basada en un relato de Bruno Traven, es una de las más destacadas. La cinta participó en el Festival de Cannes y fue el primer filme mexicano nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Gavaldón concursó varias veces en Cannes, Venecia y Berlín, y  presentó en la primera edición del Zinemaldia, como también se conoce al festival de San Sebastián, en 1953, Acuérdate de vivir. Ganó ocho premios Ariel, los galardones concedidos desde 1947 por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas: el primer Ariel a la mejor película fue para La barraca.

Entre sus películas también destacan títulos como el drama criminal La otra (1946), La diosa arrodillada (1947), En la palma de tu mano (1951), La noche avanza (1952), El rebozo de Soledad (1952), El niño y la niebla (1953); Camelia (1954); Sombra verde (1954), La escondida (1956), y Miércoles de ceniza (1958). En 1955 fue escogido por los estudios Disney para dirigir una de sus producciones filmadas en México, The Littlest Outlaw (Pablito y yo).

El cineasta estuvo activo hasta 1979, cuando dirigió su último filme, Cuando tejen las arañas, un drama sobre la sexualidad reprimida de una adolescente. Falleció en la ciudad de México en 1986.