Bienestar

Fiebre, cuando la temperatura corporal aumenta

La fiebre es el aumento de la temperatura del cuerpo y una señal de que el organismo ante cualquier infección.

Niño enfermo
Niño enfermo Niño enfermo (La Crónica de Hoy)

El cuerpo humano en situaciones normales tiene una  temperatura normal de entre 36 y 37° C. cuando la temperatura aumenta o disminuye es un síntoma que indica que algo anda mal en el organismo y por lo general la persona se siente muy mal, con escalofríos, dolor y malestar general. La fiebre no debe ignorarse ya que indica que algo no está bien en algún órgano del cuerpo.

La fiebre es el aumento de la temperatura del cuerpo y una señal de que el organismo ha movilizado sus defensas en contra de algún elemento agresor.

Se dice que la fiebre es la autodefensa del organismo contra ciertas sustancias tóxicas activas o microorganismos que logran penetrar en el cuerpo o incluso, que se forman dentro de él.

El aumento de la temperatura corporal tiene por objeto agotar y reducir al enemigo, ya que estimula las defensas del organismo, al mismo tiempo que vuelve más sensibles a las defensas y a los medicamentos para combatir agentes patógenos que ocasionan enfermedades, para que actúen con mayor eficacia.

La fiebre es la manifestación más clara y conocida de la existencia de alguna enfermedad infecciosa o de un proceso inflamatorio que puede originarse después de sufrir alguna herida, traumatismo o cirugía.

También es un síntoma de intoxicación, alergia, infecciones reumáticas, insolación, y algunas enfermedades tumorales.

Cuando se padece fiebre, hay un aumento en las palpitaciones del corazón y escalofríos causados porque el organismo de alguna forma quiere compensar y nivelar la temperatura.

Cuando la fiebre es hasta de 39°, no es peligrosa, pero debe ser controlada, cuando aumenta más de 40°, puede poner el riesgo la vida porque aumenta el riesgo de paro cardiaco y si dura mucho puede producir trastornos cerebrales.

Para controlar la fiebre se deben colocar paños húmedos en la cabeza y nuca, despojar a la persona de la mayor parte de su ropa o de cobijas, darle muchos líquidos y administrar un medicamento recomendado por el médico según la edad del paciente.

En el caso de los niños es conveniente sumergirlos en una tina o ponerlos bajo la regadera con el agua tibia y no dejar de darles de comer y tomar abundantes líquidos.

En todos los casos lo importante es acudir al médico ya que aunque la fiebre descienda lo importante es saber qué la originó y cómo  atacar la enfermedad, porque hay que recordar que la fiebre solo es un síntoma y una reacción del sistema inmunológico, no una enfermedad en sí.

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