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En los últimos años el nombre de Daniele Finzi Pasca, ha trascendido como el de uno de los creadores de espectáculos memorables como el show Luzia de Cirque du Soleil. En el marco de la Feria Estatal de León, en Guanajuato presentó su más reciente creación llamada Abrazos, con el cual invita a llenar de amor los corazones del público.
A través de acrobacias, juegos visuales y luces, el espectáculo desarrolla una historia sencilla pero conmovedora. Un grupo de 11 personas con vestimenta luminosa recibe a la audiencia, con una coreografía en círculos de perfecta coordinación, que luce además porque el escenario de 360 grados favorece la vista del público.
Una lluvia de aplausos, de un público entusiasmado de todas las edades, invita al elenco a salir; pero, primero, se muestra un video de un recorrido por León y un hombre repartiendo abrazos por las plazas, iglesias, mercados e incluso dentro del estadio de fútbol del equipo local León. Una decena de artistas entra al escenario para tocar alegres percusiones; siguiendo su ritmo, una pareja muestra su destreza en patines, cada pirueta o cargada acompaña las percusiones e imágenes extravagantes.
En seguida, las pantallas dejan ver a un hombre sentado en una silla y a una joven realizando acrobacias de equilibro sobre su mano; en el truco, ambos se encuentran acostados en el piso, y en algún momento, sueltan una broma que causa las carcajadas de niños y adultos.
El viento es un elemento importante del show: Un hombre demuestra sus habilidades en el aro gigante y hace volar por el aire confeti rojo; luego una pareja realiza trucos de magia y logra que cinco aros floten a su alrededor; otra más presenta un número aéreo con bolsas infladas y papeles brillantes volando junto a ellos.
A lo largo del espectáculo se mantiene un toque clown, como en esa escena en la que cuatro doctores “doblan” a su paciente para curar su dolor de garganta, en un número de contorsionismo que hace a los asistentes retorcerse y lanzar exclamaciones de dolor, para terminar en un caluroso aplauso.
En Abrazos, nada es lo que parece, y por medio de la coordinación e ilusión óptica, el público ríe a la par del trabajo que hacen los artistas en el escenario y que, con ayuda de la pantalla sobre ellos, hacen parecer que las posiciones y acciones complicadas son pan comido.
En la cúspide del espectáculo, uno de los momentos más memorables sin duda, fue una de las representaciones navideñas en donde una joven, en compañía de sus compañeros, brindó un espectáculo con cientos de acrobacias en un aro gigante.
Una alegre canción marcó el final, las voces del elenco estuvieron cobijadas por las palmas de los espectadores, que les agradecieron con una ovación de pie; no faltó quien abrazo a sus amigos y familiares, llevándose consigo un pedazo del alma del show.
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