Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), anunció que para el Tren Maya hay destinados cuatro mil millones de dólares para cuatro licitaciones de cuatro consorcios, recursos que tendrán impacto en la obra civil en la construcción de este proyecto.

Tras participar en el Foro Académico Legislativo para conocer su opinión con respecto al Tren Maya, organizado por la Comisión de Asuntos Frontera Sur, Jiménez Pons también precisó que a partir de diciembre se lanzan las licitaciones para que el arranque de estas obras sea en abril- mayo de 2020.

“Se trata de cuatro consorcios, porque no pueden ser empresas solas por los montos de los recursos, de alrededor de 20 mil millones de pesos, y una sola empresa es difícil que lo haga, aunque sean empresas internacionales. Tienen que ser consorcios, deben estar consorciados con grupos financieros, es una cosa compleja, pero sí se va avanzando”, informó el funcionario federal.

Ante el señalamiento del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) de que el proyecto tendrá un sobrecosto, Rogelio Jiménez contestó tajante: “Voy a decirlo en palabras mexicanas: quieren joder, o sea son ganas de… es un problema político. ¿El Imco por qué no se acercó a nosotros a preguntar cuáles son los parámetros de diseño? ¿Cómo se pone a adivinar?¿Cómo se pone a inventar parámetros que no existen?”

El director de Fonatur admitió, sin embargo, que la parte de Calakmul es la más difícil, y posiblemente se dispare un poco el costo.

“Es es un tramo de ciento y tantos kilómetros. Entonces, sí tenemos parámetros para decir lo que va a costar, los costos paramétricos. Para esos costos paramétricos vamos con los señores que saben de trenes y decimos: ‘Oye, ¿cuánto salió el fulano de tal tren? ¿Ese que salió cómo cuánto está costando? ¿Ese? ¿Cómo ves éste?’ Entonces te dicen un poquito, ¿para qué? Para lanzar un número estimado. Pero se necesita toda una base técnica.

Dijo que ya tienen pensado el cambio tecnológico de los trenes para que pueden ser impulsados ya no por biodiésel, sino por hidrógeno.