
El presidente López Obrador puso sobre la mesa el tema de las prerrogativas que reciben los partidos políticos. Pidió reducirlas a la mitad para que los partidos se sumen a la austeridad. Es una demanda por demás atendible.
La Carta Magna establece la fórmula para calcular el dinero que cada partido recibe.
Si los partidos quieren, en serio, reducir el monto, que sus legisladores en el Congreso recorran la ruta legal, que puede ser larga pero en eso no hay atajos.
Hasta el momento, ningún partido ha dado el primer paso.
No hace mucho López Obrador se comprometió a que Morena donaría parte de sus prerrogativas, el 50 por ciento, para los damnificados del sismo y hasta creó un fideicomiso.
Nunca quedó claro qué pasó con ese dinero y ahora que el Presidente volvió al tema de las prerrogativas, Movimiento Ciudadano lanzó un reto en el que se juega su resto.
Claro que no se conformará con dichos o boletines, exige evidencia documental. ¿Existe la evidencia o aquel ofrecimiento fue sólo un spot de campaña?
El medallero de los Juegos Panamericanos de Lima se muestra en las conferencias mañaneras de Palacio Nacional.
Todo lo que ocurre en esas conferencias tiene naturaleza política, por lo que es natural cuestionar si el Presidente intenta sacarle raja política al desempeño de los atletas.
Hasta el momento el único mérito del nuevo gobierno es ofrecer que el dinero que se obtenga de la venta de una casa requisada a un delincuente será para financiar por un tiempo el entrenamiento de un grupo de atletas.
En el sexenio pasado otros políticos, en ocasión de unos juegos centroamericanos, intentaron colgarse medallas de competencias en las que ni siquiera se inscribieron.
El deporte mexicano entró en una ruta de ascenso desde que concluyó el cacicazgo de Vázquez Raña. Lo demás es grilla.
Las fracciones de los partidos de oposición en San Lázaro son reducidas, pero si juntan sus voces pueden armar un escándalo.
Están dispuestas a hacer mucho ruido si Morena se salta compromisos adquiridos y trata de que otro militante suyo sea presidente de la Mesa Directiva a partir de la nueva Legislatura.
El panista Jorge Luis Preciado y el priista Manuel Añorve llevaron la voz cantante. Advirtieron que realizar cambios legales para que Morena se pueda quedar los tres años al frente de la Mesa Directiva es, sin más, un agandalle.
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