Opinión

Frente al Coronavirus, México requiere resolver su laberinto de la soledad

Frente al Coronavirus, México requiere resolver su laberinto de la soledad

Frente al Coronavirus, México requiere resolver su laberinto de la soledad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Octavio Paz llegó a sostener que “toda tentativa por resolver nuestros conflictos desde la realidad mexicana deberá poseer validez universal o estará condenada, de antemano, a la esterilidad”,

Son momentos de hacer llamados profundos a la mesura, este tipo de procesos que estamos viviendo tras el surgimiento de la pandemia del coronavirus; como en toda la historia de las guerras o pestes que azotaron a poblaciones humanas, revelan lo mejor o lo peor de los seres humanos. Por ello se requiere ser cuidadoso con las voces de rabia que abiertamente promueven acciones violentas frente al Estado como derrocar al presidente. Independientemente de que se apoye al presidente o se le sea oposición, México requiere confiar en su marco institucional, porque aunque suene priista, eso es lo que nos ha permitido mantener una frágil y relativa paz. Es decir, quien este en contra del presidente que busque los canales y mecanismos institucionales y se organice para presentarse en las elecciones del 2021 para renovar el congreso y eventualmente en el 2024, el gobierno.

México ya vivió hace no mucho tiempo lo que significan años de inestabilidad y que le llevó años en encontrar un nuevo orden, es decir, ya sabemos lo que se siente tener presidentes unos cuantos días y pugnas de todos contra todos que costaron miles de vidas dejando vulnerable al país frente a cualquier extraño enemigo.

Por lo mismo estas voces de rabia serán estériles porque el mexicano ya aprendió y su pueblo tiene memoria, y no sólo eso, tiene fuertemente desarrollada su intuición.

El proceso por el cual atraviesa el mundo se equipara al cumplimiento de ciclos en la historia de la humanidad que condujeron a guerras mundiales y debemos reconocer que previo al surgimiento del COVID 19 habían muchos intereses políticos y económicos en pugna y que el coronavirus vino a tensar a los extremos las diferencias, rompiendo el frágil equilibrio en el que se encontraban. Procesos de cambio como estos ya los hemos vivido antes y aunque desde el alma me gustaría que esto del coronavirus no fuese más que algo pasajero que nos permita regresar a una relativa normalidad pronto, la realidad es que estamos frente a un rompimiento planetario de una vieja era, esperando el surgimiento de una nueva y estos lapsos de tiempo en la historia llevan años en encontrar una nueva estabilidad, orden o sistema que regule los poderes humanos.

Por ello como mexicanos requerimos ser muy astutos en ese lapso de tiempo para verdaderamente salir fortalecidos y aspirar a ser una potencia mundial tras el actual reacomodo de la piezas.

Se que es complicado también llamar a la mesura y a la unidad en estos tiempos, quizá hasta utópico, pero lo que también hemos aprendido con el coronavirus es lo frágil que somos como humanidad, a pesar de creer haber dominado y controlarlo todo. Frente a un escenario donde no se puede asegurar ni los re-contagios, el surgimiento de nuevas pandemias, azotes más poderosos de desastres naturales causados por el cambio climático, la inestabilidad de la paz en ciertas regiones, entre otros fenómenos, al menos en el mediano plazo y que como nunca se requiere de una mayor cooperación y hermandad en la humanidad. En fin, el mensaje esencial que quisiera compartir con ustedes queridos lectores, es que no es suficiente con saberse los significados de los valores y nombrarlos, sino el ponerlos en práctica en los momentos más adversos al mismo; por ello apelo a la mesura, el patriotismo, la democracia, la unidad (hermandad, empatía) y la fortaleza, y estoy seguro que; parafraseando a Octavio Paz, resolviendo nuestros conflictos a través de valores universales (validos para todas las culturas), será fructífero y abundante el porvenir.

Twitter: @CesarG_Madruga
madrugacesardaniel@gmail.com