Si bien la conformación del Frente Ciudadano ha sido uno de los temas más mencionados en los últimos días, hasta el momento nadie ha dimensionado el hecho histórico que representa la decisión de los líderes de PAN, Ricardo Anaya; del PRD, Alejandra Barrales, y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, de registrar ante el Instituto Nacional Electoral (INE) la intención de impulsar un gobierno de coalición.

Lo anterior no sólo representa una gran alianza entre partidos opositores, sino una sacudida al tablero político nacional, pues el principal objetivo es terminar con un gobierno que ha dado muestras de no ser capaz de solucionar diversos problemas, como la corrupción y la impunidad.

Asimismo, es evidente que con este frente el PRI deja de ser el partido mayoritario, lo que da paso a la base de un gobierno de coalición que se logró a través de coincidencias, por muy increíbles que parezcan, dejando atrás las diferencias entre partidos, lo que representa un acontecimiento único en la vida política del país.

Tan es así que celebro que esta coalición, lejos de ser una alianza partidista, es un proyecto que dará cabida a todas las voces de las organizaciones y de la sociedad civil que deseen sumarse y que coincidan en que el PRI ya no debe gobernar más este país.

Lo interesante del Frente Ciudadano es que, además de ponerles nombre y apellido a los partidos políticos que en verdad quieren un cambio, también mostró a los que conservan el ADN priista como Morena, pues mientras su mesías se desgarró las vestiduras el fin de semana durante un raquítico mitin, al criticar a aquellos “que sólo les interesan los cargos públicos”, sus senadores y diputados negociaron posiciones en San Lázaro con el PRI a cambio de dar los votos necesarios al tricolor para que la nueva Mesa Directiva, encabezada por el partido en el poder, por fin tome protesta, apoyo que, por cierto, se dio primero en el Senado de la República, al votar en conjunto para imponer a Ernesto Cordero al frente de la Cámara alta.

Quizá por ello López Obrador inició una gira por Europa y los Estados Unidos para no ser vinculado con los excesos en los que están cayendo sus apóstoles, mismos que a poco tiempo de la creación de Morena mostraron el cobre al pedirle al PRI una secretaría en la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, a fin de avalar ahora a Jorge Carlos Reyes Ramírez Marín como presidente de la misma.

Si bien dicen que la política es el arte de negociar, nunca imaginé que Morena cambiara un plato de frijoles con gorgojo por su dignidad, pues si una secretaría le valió al peje-partido unirse a la “mafia del poder”, imaginemos qué no daría ese partido por gobernar la Ciudad de México, pues para ser francos su unión con el PRI sólo es un reflejo del temor que ya le tienen a dicho Frente, agrupación que ahora concentra la mayoría en todo el país.

Vaya congruencia de quienes se dicen apóstoles de la democracia, pues resultaron carecer de vergüenza y principios, por lo que ahora pregunto: ¿dónde quedaron entonces aquellos discursos en los que llamaban corruptos a los del PRI?, discursos con los que, por cierto, convencieron a mucha gente mediante el ofrecimiento sólo de esperanza.

Con esto, qué pensarán ahora aquellos que se fueron del PRD argumentando que no avalarían una coalición con el PAN, ¿apoyarían una alianza con el PRI?, desconocemos la respuesta, pero de lo que sí estoy seguro es que si se tratara de obtener un cargo público, queda claro que hasta venderían su alma al diablo por lograr un puesto que ya no se les dio en otros partidos. En fin, estimado lector, saque usted sus propias conclusiones, pero analice la versión del Peje, ahora que llegue de Europa, sobre la máxima traición que ha hecho su partido en contra de la sociedad.

Y de Pilón:

Si algo bueno desean hacer los actuales gobernantes, no estaría mal que tomaran en cuenta aquellas recomendaciones que ha hecho la delegación canadiense encargada de la renegociación del Tratado de Libre Comercio, en el sentido de que “para que haya un adecuado entendimiento en los convenios, primero deberían aumentar los salarios de los mexicanos…”, punto toral, pues cómo podrán vendernos sus productos mediante un intercambio comercial si el mexicano no tiene dinero para comprarlos.

Twitter: @julioc_moreno