
“No me interesa objetualizar a la naturaleza o manejarla como un sujeto ajeno al desarrollo del hombre. Cuando hablo de la naturaleza, hablo de su proyección, de su conservación o de su destrucción, la veo como un factor que definitivamente influye en la salud de la sociedad”, expresa en entrevista el artista conceptual Gabriel Rico (Guadalajara, 1980), quien inaugurará el Institute of Contemporary Art (ICA) San Diego, California, con una exposición en el mes de septiembre.
El ICA San Diego nace de la fusión del Lux Art Institute y The San Diego Art Institute para que artistas regionales y latinoamericanos accedan a un laboratorio con enfoque de identidad binacional, el cual iniciará su historia con Gabriel Rico, artista mexicano que trabaja el tema naturaleza.
“Es muy obvio que en este momento de la historia en que la contaminación y el mal manejo de los residuos que estamos generando, nos está afectando a nivel físico y a nivel de salud mental por todos los metales pesados o microplásticos que ingerimos sin saber que están en nuestros alimentos”, señala Rico.
La investigación del artista es indagar cómo se relaciona la sociedad con el mundo natural y a partir de esa relación preguntarse ¿cuáles son las consecuencias no obvias?
“Una cosa es irte a tomar un selfi en la playa en el poquito espacio limpio que queda, pero no olvidar las necesidades de activismo para que las empresas respeten los pactos de no contaminar el mar. Es un ejemplo bastante escueto de toda una industria que no respeta los lineamientos internacionales de la naturaleza”, asevera.
El artista mexicano considera que para ICA es importante iniciar con la posibilidad de promulgar una declaración más cargada a lo social y no solamente a un discurso de arte contemporáneo frío que incluye ferias de arte o galerías.
“Mi idea es trabajar directamente con los ciudadanos de San Diego para crear esculturas comunitarias. La importancia de incluir a los ciudadanos le da otro valor al proyecto simplemente porque la sociedad va acoger la exposición y aceptará al ICA como parte de la dinámica social, donde el Instituto se presenta como un espacio libre al diálogo y pensamiento, y accesible a cualquiera”, destaca Rico.
-¿Qué piezas expondrás?
-Lo primero que hago es ir a la institución para conocer el espacio e imaginar y definir las posibilidades de las piezas. Me da mucha flojera mandar obra y que suponga en un emplazamiento en el espacio porque es la frialdad del arte en la que no quiero caer.
“Utilizaré unas obras ya hechas en mi taller en Guadalajara y a partir de ellas construiré una instalación más grande en que se involucre a la sociedad. No sé cuáles ni cuántas, lo que sí es que quiero involucrar a la sociedad en una escultura pública y de manera directa, que la hagamos entre todos”, responde.
Gabriel Rico busca colaborar con el Museo de Historia Natural para indagar en su colección de animales de taxidermia y con el Museo de Mineralogía, ambos en México. Actualmente el artista ya trabaja con el Jardín Botánico de San Diego, donde planea instalar la escultura pública.
-¿Por qué tu interés en ecosistemas que precedieron al humano?
-Casi siempre los patrones se repiten en la historia: desaparecen especies y aparecen nuevas. La evolución funciona de esa manera. Los planetas se destruyen, se vuelven a crear nuevos, por lo menos, hablando de secciones de tiempo infinitamente grandes que son los eones, la referencia astronómica hacia los tiempos. Las eras en la Tierra se definen a partir de miles de millones de años en donde casi siempre las eras se repiten. Es decir, la historia nos da pie para suponer un futuro a nuestra especie.
“Además, a partir de un fragmento, es interesante imaginar la composición ósea o el exoesqueleto de algún animal. Estéticamente cuando llevas estas especies a confrontarse con elementos totalmente contemporáneos de la vida cotidiana del ser humano, por ejemplo, los plásticos, se generan encuentros que entre materiales cuestionan nuestra manera de vivir, se presentan como un recordatorio de cómo estamos desarrollando nuestro modus vivendi y cuáles serían las consecuencias de ese elección”, indica.
Sobre el daño de una de sus obras en la feria Zona Maco 2020, donde se señaló como culpable a la crítica de arte Avelina Lésper, Rico asegura que es un episodio del pasado.
“No pasó a mayores, se rompió un vidrio. No hay nada más que hablar de ese momento que pasó alrededor de un año”, indica.
“Queremos pensar un poco más grande, en cómo podemos entrar a las comunidades, cómo podemos cruzar la frontera para entrar a Tijuana, queremos ampliar esa región para recibir y mostrar la importancia de pensar el mundo de forma más contemporánea”, señala.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .