Opinión

Ganar, la única garantía de vida para un coach en la NFL

Ganar, la única garantía de vida para un coach en la NFL

Ganar, la única garantía de vida para un coach en la NFL

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Llegó el llamado Lunes Negro para los entrenadores que ya veían caer la navaja sobre su cuello desde el final de la temporada y como es tradición el morbo invade las noticias para atestiguar quiénes fueron los coaches sacrificados en pro de la excelencia del futbol americano que demandan dueños y aficionados.

Desde antes de terminar la campaña ya se habían despedido dos, Jay Gruden con Washington y Ron Rivera con Carolina. El domingo y con apenas unas horas tras finalizar el juego de los Browns, le dieron su merecida patada por el trasero a Freddie Kitchen tras apenas su primer y penoso año al no haber sacado provecho del talento que tenía en Cleveland, y el lunes por la mañana al gris Pat Shurmur con los Gigantes tras dos horribles temporadas.

LA CLÁUSULA INVISIBLE

De hecho, al hablar de la llegada de nuevos entrenadores a un equipo de la NFL, podríamos decir que existe un acuerdo no escrito del que ni una ni otra parte del convenio quieren tocar pero que saben es real: que lo único que realmente interesa es ganar y rápido, porque si de algo carece esta NFL es de paciencia.

Muchos entrenadores han aceptado que la Liga, por más amor que se tenga por este deporte, se trata de un negocio.

Entonces, nos preguntamos una y otra vez, para que firmar como casi siempre se hace, a un nuevo coach con un contrato a cinco años cuando la realidad es que actualmente los dueños quieren resultados casi inmediatos mismos que si pudieran medirse serían en dos o tres temporadas, no más.

El éxito en la Liga se mide ahora por la inmediatez con que un equipo despunte y se acerque lo más posible a lo que hoy día llaman “la ventana” de campeonato, y todo parece indicar que esa ventana debe abrirse casi de manera mágica para un entrenador a los tres o cuatro años de estar al frente de un equipo. Al menos eso es lo que ha sucedido con algunos de los más representativos como Bill Walsh en San Francisco, Jimmy Johnson en Dallas, Bill Parcells en NY Gigantes, Bill Belichick en Nueva Inglaterra, Jim Harbaugh en San Francisco, Pete Carroll en Seattle, Sean Mcvay en Los Angeles Carneros, por sólo nombrar algunos.

Los tiempos de paciencia para dejar madurar un plan a largo plazo hace tiempo que se terminaron en un romántico pasado de la NFL, “ahora debes ganar a como dé lugar si quieres mantener tu trabajo”, como lo dijo el mismo Pat Shurmur tras saberse despedido.

Y quizá tenga razón. En la NFL no hay tiempo para mañana, el éxito es hoy; y quien no esté a la vanguardia sencillamente esta fuera de la nueva NFL, esa en la que, como rezaba uno de los lemas más famosos de Vince Lombardi “Ganar no es todo, es lo único”.

INCERTIDUMBRE EN TEXAS

Sin embargo, hay que admitirlo, la atención ha estado centrada en el destino de Jason Garrett de Dallas, de quien Jerry Jones se la pasó evadiendo preguntas sobre el futuro del coach tras haber terminado el juego ante Washington y que a pesar de ganar por paliza no les permitió avanzar a playoffs.

El contrato de Garrett finaliza el 14 de enero de 2020 y muchos creen que será hasta entonces cuando el dueño de los Vaqueros se pronunciará sobre el destino de Garrett; sin embargo, persiste la incógnita: ¿No ha dicho nada más porque en el fondo está analizando continuar con él?

Desde ayer lunes por la tarde se rumoraba fuertemente que Garrett había sido despedido junto con todo su staff, sin embargo nadie pudo confirmarlo.

Vayamos por partes. Cuando termina la temporada y el tobogán es pequeño para los tantos entrenadores caídos, el tiempo es oro para la búsqueda del mejor prospecto, así que mientras más rápido tome una decisión el dueño de un equipo más opciones y tiempo tendrá para analizar el mercado de posibles entrenadores y entrevistar a los elegidos.

Esperar al 14 de enero es darle más de dos semanas de ventaja a los rivales que buscan el mismo producto, y los coaches capaces son pocos y podrían encontrar acomodo mucho antes de esa fecha.

Washington ya se ha pronunciado abiertamente por Ron Rivera, ex coach de Carolina y quien ha probado ser muy exitoso a pesar de su apresurada salida de las Panteras. Carolina ha hecho público que se interés por Eric Bieniemy, coordinador ofensivo de Kansas City, aunque no puede entrevistarlo mientras los Jefes continúen con vida en la postemporada. También ha señalado a Mike McCarthy, ex coach de Green Bay, como otra opción.

Cleveland ya se pronunció por ir en busca de Urban Meyer, ex coach de Ohio State; Josh McDaniels, coordinador ofensivo de Nueva Inglaterra; Robert Saleh, coordinador defensivo de San Francisco; Greg Roman coordinador ofensivo de Baltimore o Kevin Stefansky, coordinador ofensivo de Minnesota. Los Gigantes de Nueva York se inclinan también por Bieneimy de Kansas City y por Matt Rhule, de la Universidad de Baylor.

¿Y los Vaqueros, esperarán a que expire el contrato de Garrett para tomar una decisión? Para cuando eso suceda, y si optan por cambiar de coach, quizá los mejores prospectos ya tengan equipo y deberán conformarse con lo que quede.

La terquedad de Jones por prescindir de un gerente general, quien es el indicado para tomar este tipo de decisiones de manera inmediata, tiene a los Vaqueros en esta incertidumbre que al momento de escribir esta columna y quizá al momento de ser leída por usted,  hipotético lector, aún estemos esperando el desenlace de este drama en Dallas. No obstante, es harto inquietante que el propietario de los Vaqueros, tras el aplastante triunfo de su equipo sobre los Pieles Rojas, se limitara a asegurar que no le corría ningún tipo de prisa por tomar una decisión respecto a Garrett. Hoy martes se reunirán y quizá se tenga mayor información sobre este asunto.

Lo cierto es que tras acabar una temporada no hay cosa más interesante y morbosa que saber que entrenadores se van y quienes llegarán a una Liga donde ganar es un legado y una cultura más allá de un contrato en papel.