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Por vender un solo tanque de 30 kilos, con precio al público de alrededor de 600 pesos, empresas de gas obtienen ganancias de hasta 330 pesos, pero la antigüedad de su flotilla de cilindros se remonta a décadas pasadas, en perjuicio de la seguridad de los usuarios…

Según datos de la Secretaría de Energía, entre las diez gaseras más careras del país, cinco han reportado cero inversión en la compra de tanques, al menos desde finales de 2015, cuando desapareció el Fideicomiso de Reposición de Activos para la Industria de Gas L.P. (Firagas), el cual obligaba a todas las empresas con permiso vigente de distribución a realizar una aportación para la reposición de hasta 41 centavos por cada kilo o litro de gas vendido.

Con la euforia de la reforma energética y en medio de loas, la Sener de Pedro Joaquín ­Coldwell olvidó este instrumento y dejó a voluntad de los empresarios el cambio, aunque en los años posteriores ha predominado el lucro…

De 2016 a la fecha, sólo se ha informado a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la compra de 1.6 millones de cilindros, de entre un parque nacional estimado en 18 millones. Es decir, el 92 por ciento de los tanques en circulación es vetusto o presenta características de decadencia.

Esta realidad ha sido documentada en los últimos meses por la Procuraduría Federal del Consumidor, durante sus verificaciones en torno a la entrega de kilos o litros completos…

“Con el Fideicomiso, el mantenimiento de los cilindros era forzoso para los empresarios, tenían que destinar un porcentaje fijo de acuerdo al volumen de compra-venta, pero llevan ya varios años sin acción, muy pocos han estado renovando, y cuando se les pregunta, guardan silencio sepulcral; la mayoría decidió ahorrarse ese dinero, como ganan muy poquito, pobrecitos”, dice, en entrevista con Crónica, Ricardo Sheffield, titular de Profeco, quien explica cómo ha detectado el nivel de deterioro.

“Cuando inspeccionamos en la planta de pesaje, estoy pidiendo a los verificadores que le den vuelta a los cilindros, que los revisen, y muchos no se salvan, es un tema que también debería atender protección civil”.

—Setenta por ciento con ­anomalías…

—En ese porcentaje metemos a los que han sido inmovilizados por falta de condiciones de seguridad, pero también los que son usados para robar, porque en este negocio igual hay huachicol, irregularidades en la información comercial y exceso de tara, lo que aumenta el peligro.

MERCADO NEGRO. ¿Huachicol?... El 21 de marzo pasado, dos pipas explotaron en un predio ubicado en San Antonio Tecomitl, Milpa Alta. Se confirmó después, era un centro clandestino de distribución de gas. En el lugar, se reportaron al menos cinco lesionados.

Se trata de los llamados huachigaseros, quienes operan —en diversos puntos del país­— sin certificación de Energía y sin medidas mínimas de seguridad. Ofrecen el servicio de relleno de tanques con gas sustraído de manera ilegal; pueden venderlo hasta en un 30 o 40 por ciento más barato del precio habitual.

“En la delegación Iztapalapa ha proliferado mucho el rellenado de tanques”, cuenta doña Natividad Rojas, vecina de la colonia El Manto, donde a mediados de marzo murió un anciano por la avería en un cilindro.

“El tanque es de tantos kilos, pero le ponen más, porque se vende más barato, y el expendedor sobrepasa la capacidad, con tal de obtener más dinero. Tiene que ver con el huachicoleo que se surte en el mercado negro”.

Y mientras tanto, la incidencia se dispara: en las últimas 48 horas se han registrado incendios relacionados con tanques de gas en tres estados del país: Veracruz, Jalisco y Puebla.

Conforme al artículo 84 de la Ley de Hidrocarburos, publicada el 11 de agosto de 2014, los permisionarios de las actividades reguladas por la Sener o la CRE deberán “prestar los servicios de forma eficiente, regular, segura y continua”, y “presentar anualmente, en los términos de las normas  oficiales mexicanas aplicables, el programa de mantenimiento de sus sistemas e instalaciones”.

Sin embargo, otro de los problemas en el país es la falta de normas oficiales, encaminadas no sólo a evitar riesgos en el manejo de cilindros, sino a definir responsabilidades de los gaseros…

También el artículo 42 del Reglamento al Título Tercero de la referida Ley, aprobado en octubre de 2014, alude a las NOM aún pendientes y autoriza a los gaseros a intercambiar con otros permisionarios los recipientes vacíos.

Desde entonces, en observaciones enviadas a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), organismos como la Asociación de Distribuidores de GAS LP (Adigas) se han opuesto a la identificación de los tanques mediante el grabado de marcas y han intentado responsabilizar al usuario, como dueño del cilindro, de su mantenimiento.

Lo dispuesto en las reglas, han denunciado, “genera incentivos perversos entre los agentes económicos que concurren en el mercado para destruir los parques de recipientes que ostentan una marca comercial distinta a la propia. Además, “los recipientes fueron adquiridos por los usuarios al momento de incorporarse al mercado como consumidores de gas, por lo que indiscutiblemente son propietarios de los mismos”.

—Si no hay un mecanismo mejor, regresemos al fideicomiso, porque hoy no existe nada y el riesgo es mayúsculo —alerta Sheffield.

—¿Y cuál es la propuesta? —se le pregunta.

—Sacar normas más estrictas, en las que se den facultades a la Profeco para inspeccionar el estado físico de los tanques, porque hoy es un trabajo que nadie hace, no hay monitoreo gubernamental. Dicen los empresarios que el fideicomiso no era idóneo, pero cualquier cosa es mejor que la inacción…

EMPRESAS CERERAS Y OMISAS

► Combustibles y Gases de Torreón (Coahuila)

Ganancia por kilo: 0.96

► Gas El Sobrante, con operación en Hidalgo del Parral, Riva Palacio, Madera y Cuauhtémoc (Chihuahua)

Ganancia por kilo: 0.22

TODAS LAS SUCURSALES REPORTAN CERO INVERSIÓN EN CAMBIO DE TANQUES

LOS DATOS

► Desde la desaparición del FIREGAS, sólo se ha sustituido el 8.8 por ciento del parque de tanques actual

► Familias que consumen gas LP en cilindros: 22.5 millones, el 50 por ciento en tanques de 30 y 45 kilos.

Fuente: Profeco, Sener y CRE