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Greta Thunberg, la adolescente que se empeñó en salvarnos del cambio climático

Impacto. La joven sueca, de 16 años, ha logrado en meses lo que muchos no han conseguido en años: Armar un movimiento que lucha para aprovechar los 12 años que nos quedan para salvar a nuestro planeta. Y ahora es candidata al premio Nobel de la Paz

Impacto. La joven sueca, de 16 años, ha logrado en meses lo que muchos no han conseguido en años: Armar un movimiento que lucha para aprovechar los 12 años que nos quedan para salvar a nuestro planeta. Y ahora es candidata al premio Nobel de la Paz

Greta Thunberg, la adolescente que se empeñó en salvarnos del cambio climático

Greta Thunberg, la adolescente que se empeñó en salvarnos del cambio climático

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El pasado 15 de marzo miles de estudiantes y jóvenes en general se lanzaron a las calles de más de mil 800 ciudades en más de 100 países en todo el mundo para exigir a las clases dirigentes que actúen de una vez por todas para frenar el cambio climático. La juventud teme el impacto que el calentamiento global tendrá en el planeta y en todos nosotros a cuarenta años. Por primera vez, este temor se trasladó a las calles con un grito alto y claro: Basta de inacción.

“No hay planeta B” era una de las pancartas más repetidas en todas las ciudades que celebraron manifestaciones. En Berlín, Madrid o Estambul, pero también en Nueva Delhi, Nairobi, Santiago de Chile y hasta en Ciudad de México se leyeron otros lemas como “Cambien la política, no el clima” o “¡Queremos la vida!”, como rezaba el manifiesto leído en la capital española.

Detrás de esta nueva ola de activismo climático, con actitudes y tácticas muy distintas de las del ecologismo tradicional, representados por los partidos “verdes”, se encuentra una joven de apenas 16 años: Greta Thunberg, nacida el 3 de enero de 2003 en Suecia.

INICIO SOLITARIO. En agosto de 2018, Greta empezó a manifestarse frente al Parlamento sueco para exigir acción a los políticos de su país e inició una huelga estudiantil que se repetía cada viernes para hacer las mismas exigencias. Pese a que empezó literalmente sola y sus esfuerzos parecían fútiles, la obstinación de la joven terminó llamando la atención primero de sus compañeros, luego de su entorno y finalmente de los medios de comunicación y de la clase política.

Su activismo le sirvió para conseguir una invitación a la Cumbre del Clima que la ONU hizo en Polonia a inicios de diciembre pasado y, posteriormente, otra invitación para participar en el Foro Económico Mundial de Davos, a finales de enero de este año.

A medida que los focos se iban centrando en Greta, su discurso contundente ganaba adeptos, y las huelgas estudiantiles crecieron hasta el punto de generar el movimiento que estalló el 15 de marzo. Aquel día, la joven Thunberg resumía en Estocolmo su postura de esta manera: “Estamos ante una crisis existencial, la más grande que ha afrontado nunca la Humanidad”. Los jóvenes no hemos causado esta situación, decía, pero “tendrán que vivir con ella toda sus vidas, así como sus hijos y nietos”. “No vamos a aceptarlo. Hacemos huelga porque queremos un futuro y vamos a continuar”, sentenciaba.

NOBEL DE LA PAZ. Greta Thunberg se ha convertido indiscutiblemente en una activista referente en el mundo de la lucha contra el calentamiento global, y prueba de ello es que diputados socialistas noruegos la nominaron este 14 de marzo, el día antes de las grandes marchas, para el premio Nobel de la Paz.

“Nominamos a Greta porque la amenaza climática es probablemente una de las principales causas de guerra y conflicto. El movimiento de masas que ha impulsado es una contribución muy importante para la paz”, razonaba el diputado André Øvstegård.

La razón detrás de esa obstinación que sorprendió y cautivó a suficiente gente como para convertir a una menor de edad en un referente mundial en la lucha contra el cambio climático se encuentra en sus genes.

BLANCO O NEGRO. La joven explicó en una TED Talk en Estocolmo que todo empezó cuando ella tenía ocho años, allá por 2011. Un día en la escuela le hablaron del cambio climático, y la niña quedó impactada al darse cuenta de que a nadie parecía importarle el asunto. Tanto se preocupó, y tanto le afectó la desidia general, que a los 11 años cayó en una depresión, a raíz de la cual le diagnosticaron el trastorno de Asperger, una forma leve de autismo que a menudo se asocia con una mayor capacidad para desarrollar la creatividad en los jóvenes.

El Asperger ha llevado a Greta a plantear el cambio climático como una situación sin matices posibles, de blanco o negro y con un enfoque radical: o actuamos ya o nos extinguiremos.

Su interés por el tema la ha llevado a documentarse, y a preguntarse por qué no se está actuando, o se hace de manera absolutamente insuficiente. “¿Somos malvados? Claro que no; la gente actúa así porque la mayoría no conoce los efectos (del cambio climático) en nuestra vida diaria, y no entiende que debemos cambiar. Creemos saber, y creemos que todo el mundo lo sabe, pero no es así”, explicaba en el mismo video de TED.

ACCIÓN O EXTINCIÓN. Y Greta tiene razón. El mundo no sólo no se está tomando en serio las advertencias de la comunidad científica y de la ONU, sino que la tendencia en el mundo es elegir a líderes políticos que llegan incluso a negar la mayor, como Donald Trump en Estados Unidos o Jair Bolsonaro en Brasil.

Y razones para preocuparse hay: Según un informe de Naciones Unidas presentado el pasado octubre, tenemos poco más de 11 años para combatir el cambio climático o sus efectos serán irreversibles. El informe pide tomar medidas drásticas, como reducir un 50 por ciento las emisiones mundiales antes de 2030, para evitar que el aumento de la temperatura media del planeta llegue a los 1.5 grados centígrados más respecto a la era preindustrial. Esto provocaría que el aumento de los incendios, de las inundaciones, de las sequías y de los huracanes, que estamos viendo en los últimos años, sea catastrófico.

Este mismo jueves, La Organización Meteorológica Mundial emitió una nueva alarma: 2018 marcó un nuevo récord en los niveles de subida del mar, que el año pasado aumentó 3.7 milímetros de media fruto del deshielo en los polos, y en la temperatura de los mares, consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero.

“En 2078 tendré 75 años. Si tengo nietos, quizás me preguntarán por ustedes, las personas de 2018; me preguntarán por qué no actuaron cuando aún podían”, reflexionaba Greta en ese TED Talk.