Opinión

Guadalupe-Reyes

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Ha iniciado el llamado ciclo Guadalupe-Reyes, que no es otra cosa sino un cúmulo de fiestas religiosas que tienen gran arraigo en nuestro país, aunque en términos litúrgicos esta etapa invernal da inicio con el Adviento, que son los cuatro domingos previos a la Navidad, para concluir con la fiesta de la Adoración de los magos de oriente que acudieron a Belem para adorar al recién nacido Niño Dios. Esta fiesta también es conocida como la Epifanía, palabra que designa “Manifestación” y que corresponde al 6 de enero, tanto para la Iglesia católica como para la ortodoxa y otras más.

En el 12 de diciembre se rompió por mucho un récord de asistencia a la Basílica de Guadalupe, pues los expertos calcularon una cifra superior a los 10 millones de peregrinos provenientes de varios estados y aun del extranjero, los que comenzaron a llegar desde el inicio de diciembre a pesar de que la festividad cayó este año entre semana, siendo la cifra tope que antes se había registrado del orden de los 8 millones de fieles.

Esto revela que la devoción a la Virgen de Guadalupe va en aumento, aunque también existe una relación entre el número de peregrinos con los problemas que enfrenta la población, y por ello recurren al templo para implorar la ayuda de La Morenita. Por supuesto, el número de fieles que asisten a otros templos ese día también es del orden de millones de personas.

La Navidad será la siguiente fecha relevante en este ciclo festivo, aunque los vistosos aparadores alusivos a la fecha se dejaron ver por el comercio una vez pasadas las fiestas dedicados a los muertos, el uno y dos de noviembre, lo que habla de la importancia de la industria decembrina, que va desde la fabricación de esferas para los arbolitos, y que es una artesanía que trae cuantiosos recursos a pueblos como Chignahuapan en Puebla, de los que viven varias familias,  hasta la fabricación de belenes en distintos estados y el comercio de los arbolitos, ya sean naturales o artificiales. La gastronomía no es ajena a este incremento, y por ejemplo, la industria pesquera en México sólo tiene dos momentos a la alza: la Cuaresma y la Navidad.

Santa Claus va en decadencia, y son la propia Iglesia y las agrupaciones religiosas quienes piensan que la imagen distorcionada y burda del milenario obispo turco San Nicolás de Bari resta importancia al Niño Jesús, y aleja a los fieles del verdadero sentido de la Navidad y sólo favorece al comercio.

La llamada Misa de Gallo, llamada así porque se celebra a las 12 de la noche, también va pasando a la historia por razones de seguridad pública, pues los templos prefieren adelantar la misa de Noche Buena a causa de la falta de transporte, el frío clima y sobre todo de la inseguridad en las calles.

Hay personas que, alejadas de todo sentimiento religioso, ven en el novenario de las posadas, fiestas sociales para divertirse y convivir con amistades y familiares, como también ocurre en la cena de Navidad; aun así, el fruto de estas festividades es del todo positivo, pues siempre estarán presente en la gente los sentimienetos de armonía, camaradería, reconciliación, perdón y de paz.