Metrópoli

Guardia Nacional, nuevo vecino de la CDMX, cambia vida cotidiana

Los elementos de la GN ya ocupan sus cuarteles, ubicados en el Deportivo Eduardo Molina y la Casa del Peregrino. El de Venustiano Carranza se ubica frente a unos juegos infantiles; el de la GAM, en los alrededores de la Basílica de Guadalupe

Los elementos de la GN ya ocupan sus cuarteles, ubicados en el Deportivo Eduardo Molina y la Casa del Peregrino. El de Venustiano Carranza se ubica frente a unos juegos infantiles; el de la GAM, en los alrededores de la Basílica de Guadalupe

Guardia Nacional, nuevo vecino  de la CDMX, cambia vida cotidiana

Guardia Nacional, nuevo vecino de la CDMX, cambia vida cotidiana

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Por los corredores del Deportivo Eduardo Molina, en Venustiano Carranza, y la Casa del Peregrino, en Gustavo A. Madero, niños, jóvenes y adultos caminan y se mezclan entre militares. Los fusiles de asalto FX05 ya no los intimidan y los grandes convoyes del Ejército dejaron de sorprenderlos; los que algún día fueron lugares de esparcimiento familiar y de alojamiento para feligreses, hoy se han convertido, también, en el hogar de la Guardia Nacional.

Crónica visitó los tres cuarteles, recientemente entregados por las autoridades en tres alcaldías, y constató que el cuartel que se encuentra en el interior del Deportivo Eduardo Molina no está delimitado de las áreas de recreación, pues está ubicado frente a unos juegos infantiles y cualquier persona puede transitar entre los  vehículos militares de la GN y su equipo.

Por otro lado, el cuartel provisional de la Gustavo A. Madero se ubica dentro de las instalaciones de la Casa del Peregrino, en la Villa de Guadalupe. Vigilantes del lugar confirmaron que los integrantes de esta nueva agrupación de seguridad federal duermen en el área destinada a los peregrinos, aprovechando que aún no ha llegado la época de peregrinaciones y festejos guadalupanos.

EJERCICIOS Y MIRADA DESAFIANTE.  La risa de Mateo, de 10 años, se escucha desde la entrada del Deportivo Eduardo Molina. Equipado con un short naranja y sus tenis favoritos, se encuentra listo para disfrutar de los pocos días de vacaciones que aún le quedan; carga en su hombro izquierdo una correa negra que sostiene una pequeña mochila azul, y en su mano derecha sujeta un balón que bota contra el suelo, a pesar de los regaños de su madre, quien sólo lo observa por detrás. 

Ambos avanzan a lo largo de un pasillo repleto de convoyes militares, entre los que Mateo juega tranquilo con su pelota. En su camino se cruzan con uno de los militares que, como Mateo, lleva cargada al hombro izquierdo una correa negra; sin embargo, a diferencia del niño, él sostiene un arma de alto calibre con la que custodia la entrada al cuartel de la Guardia Nacional, los tres sonrientes se saludan de lejos y luego cada uno continúa con lo suyo.

El Centro de Desarrollo Infantil dentro del Deportivo Eduardo Molina, a partir del 12 de agosto y gracias a una inversión de 500 mil pesos, se ha transformado en el segundo cuartel oficial de la Guardia Nacional en la ciudad.

Los 140 efectivos que patrullan 10 colonias de la alcaldía Venustiano Carranza y que combaten el crimen en la zona, descansan, comen y comparten el espacio con niños que se divierten a escasos 20 metros en el área de juegos infantiles y con deportistas que justo delante del cuartel utilizan una cancha enrejada para organizar retas de futbol.

Diana, habitante de la zona, platicó a Crónica que aunque se siente más segura con la presencia de este cuerpo de seguridad, la pone un tanto nerviosa verlos caminar portando armas tan cerca de sus hijos.

“La verdad es que desde que está aquí la Guardia Nacional traigo más a mis hijos a jugar al deportivo, porque al caminar de mi casa al deportivo me siento mucho más confiada, pero al estar ya aquí adentro, tan cerca de personas que traen pistolas tan grandes y andan con sus uniformes de guerra, me pone nerviosa que pueda pasar algo”, dijo la madre de un pequeño de seis años que juega en el área infantil.

PEREGRINOS. Delante de una enorme pared pintada con la frase “Bienvenido peregrino", un vigilante es el encargado de recibir a los vehículos militares cargados de uniformados armados, quienes cansados retornan al cuartel; detrás de ellos, pequeños grupos de peregrinos ingresan caminando al lugar dispuestos a abordar el autobús que los llevará de regreso a su hogar, luego de haber visitado y muy probablemente escuchado misa en la Basílica de Guadalupe.