
La rata canguro de San Quintín (Dipodomys gravipes), especie que no se había visto desde 1988 y que en 1994 fue declarada como “extinta en el medio silvestre”, no ha desaparecido totalmente.
Investigadores del Museo de Historia Natural de San Diego y trabajadores agrícolas de San Quintín, en Baja California, México, encontraron y reportaron el hallazgo de una colonia de este roedor, junto a campos de cultivo de fresa y jitomate. Cuatro ejemplares de esa especie fueron capturados, documentados y liberados nuevamente a su hábitat.
Llamada Rata canguri, por su habilidad para brincar como canguro, es un eslabón clave en la cadena alimenticia o cadena trófica de los ecosistemas áridos del oeste de América del Norte. Además de servir como alimento para depredadores caninos como los zorros, coyotes y lobos mexicanos, este roedor es un importante dispersor de semillas, lo cual ayuda a que se regeneren áreas donde la vegetación desaparece por actividades humanas o por condiciones climáticas extremas.
El animal que ha sido redescubierto mide aproximadamente 12 centímetros de longitud, pero su enorme cola y sus patas alargadas miden poco más de la mitad de su tamaño total. Los ejemplares que habían sido estudiados antes de los años 80 del siglo pasado habían demostrado que el pequeño animal es capaz de desplazarse distancias de hasta 2 metros con un solo brinco, después de una secuencia de saltos cortos. La combinación de sus diferentes movimientos le permite un desplazamiento a una velocidad de 10 kilómetros por hora. Los reportes biológicos más antiguos indicaban que en algunas pocas hectáreas se podrían contar hasta miles de ejemplares, en zonas con vegetación y cuerpos de agua dulce en los valles costeros de Baja California, México, a lo largo de una franja de aproximadamente 150 kilómetros, extendida de norte a sur.
San Quintín es un poblado costero que pertenece al municipio de Ensenada, pero ubicado a 178 kilómetros de la cabecera municipal. A pesar de estar localizado en un ecosistema árido, la agricultura ha florecido en la región por el aprovechamiento eficiente de dos temporadas de lluvias cada año; la primera en enero, febrero, marzo, y la segunda en julio, agosto y septiembre. Desde los años 70 el cultivo de hortalizas comenzó a ser una fuente importante de ingresos y la expansión de esta actividad ha sido considerada como una de las posibles causas de la extinción de algunas especies silvestres.
El sorpresivo hallazgo de ejemplares de esta especie, que se creía extinta, fue reportado hace nueve meses cuando investigadores mexicanos y estadunidenses realizaban censos de rutina, principalmente de animales mamíferos. Durante esta campaña de campo, cuatro ejemplares de rata canguro fueron encontrados, vivos, en diferentes trampas de investigación. Ninguno de los investigadores que participaba en esa expedición de campo había visto a una rata canguro pues hacía tres décadas que no se reportaba un avistamiento. Lo anterior obligó a los investigadores a hacer comparaciones y estudios más profundos con archivos y documentos del Museo de Historia Natural de San Diego para poder responder a la pregunta de si se trataba de la especie nativa, es decir endémica, de San Quintín o si se trataría de una especie diferente de rata canguro, llegada desde otro punto geográfico pues en California, Estados Unidos, existen otras especies familiares, pero diferentes.
Los resultados de esa investigación, que demuestran taxonómicamente, que se trata de la especie original de México fueron descritas en un reporte que aparecerá en la siguiente edición del boletín de la Academia de Ciencias del Sur de California (Bulletin of the Southern California Academy of Sciences).
En el reporte científico, los investigadores proponen como tesis que las últimas comunidades de la rata canguro de San Quintín pudieron haber sobrevivido en zonas que no fueron transformadas por los agricultores y que su retorno a áreas accesibles a las personas puede ser uno de los efectos de la dramática caída de la actividad de siembra de hortalizas, en la segunda década del siglo XXI. Un elemento muy importante de esta recuperación de especies silvestres, y que puede ser una lección para otras zonas de México, es que los seres vivos silvestres multiplicaron su presencia en cuanto hubo más agua disponible, ya que hubo un uso de exesivo de las pocas fuentes de agua dulce disponibles en el desierto y ecosistemas.
Los investigadores expresaron su preocupación de que una posible recuperación de la agricultura en San Quintín pudiera volver a amenazar a la rata canguro endémica de esa región, pero también aclararon que las condiciones que hay en México para la conservación son mucho mejores que en los años 70 del siglo pasado porque ya se cuenta con un sistema robusto de reservas naturales que podrían ser hogar para especies como la recién redescubierta.
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