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Hallan, en veneno de alacrán, molécula contra la tuberculosis

Investigadores de la UNAM, Universidad de Stanford y del INCSNSZ, encabezados por Lourival Possani, hicieron el hallazgo en una pequeña especie

Investigadores de la UNAM, Universidad de Stanford y del INCSNSZ, encabezados por Lourival Possani, hicieron el hallazgo en una pequeña especie

Hallan, en veneno de alacrán, molécula contra la tuberculosis

Hallan, en veneno de alacrán, molécula contra la tuberculosis

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En los venenos de alacrán hay una mina vasta de recursos terapéuticos para el ser humano; sin embargo, dar con uno de éstos es como hallar una aguja en un pajar. Nuevamente, Lourival Possani encontró una de esas agujas, cuyo blanco es la bacteria causante de la tuberculosis, una de las 10 principales causas de mortalidad en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las investigaciones de Possani a lo largo de más de cuatro décadas han sido pioneras en el desarrollo de antídotos de picaduras de más de siete especies de alacrán que se emplean más allá de las fronteras mexicanas. Es el “padre” del antiveneno moderno.

Después de analizar el veneno de los alacranes venenosos para el hombre (16, de entre 280 especies), su grupo de investigación se ha enfocado en otras especies inocuas para el ser humano, pero que pueden guardar moléculas de interés. Tal es el caso del Diplocentrus melici.

Al ordeñarlo mediante pulsos eléctricos, los científicos notaron que al exponerse al aire el veneno del alacrán cambiaba de color, de claro a marrón. En ese cambio de coloración detectaron dos compuestos químicos.

“Después de trabajar con los venenos peligrosos para el humano, ahora estudiamos otros inocuos y nos enfocamos en cosas raras, como en estas coloraciones, donde una se tornó roja y otra azul”, señala en entrevista. Esta investigación inició hace un par de años.

A partir de los hallazgos, su grupo de investigación contactó a colegas de la Universidad de Stanford y del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y Nutrición Salvador Zubirán. De esta forma, los científicos identificaron que los compuestos de color rojo son efectivos contra Staphylococcus aureus, bacteria causante de infecciones en la piel, sepsis, endocarditis y neumonía. El azul, demostró su efectividad contra la micobacteria que causa tuberculosis.

“En Stanford realizaron un estudio químico, pero además sintentizaron el compuesto para obtenerlo de forma sintética, puesto que el alacrán es muy pequeño y no se puede extraer tanto veneno”.

SEGURIDAD. El investigador emérito, quien es Premio Nacional de Ciencias y Artes, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y obtuvo en años pasados el Premio Carlos Slim a la Salud, destaca el resultado de la sustancia azul, puesto que, recordó, la tuberculosis es la enfermedad infecciosa más letal del mundo.

De acuerdo con la OMS, en 2017, 10 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1.6 millones murieron por esta enfermedad, entre ellos, 300 mil personas con VIH. La tuberculosis es una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones.

Possani señala que en pruebas en ratones inyectaron la sustancia directamente en el pulmón y bajo un tratamiento experimental de dos meses comprobaron que disminuía la bacteria, al menos, en un 90 por ciento. “Estamos muy contentos con estos resultados y por ello los publicamos”, en la revista Proceedings National Academy of Science, de Estados Unidos.

“La investigación sigue en proceso y buscamos más efectos terapéuticos; sin embargo, el resultado más relevante es el antibiótico contra la tuberculosis. Adicionalmente estudiamos si este compuesto azul tiene un efecto sinérgico con otros tratamientos, para así utilizar más de un recurso terapéutico contra la enfermedad”.

Los hallazgos ya se encuentran protegidos con una patente tipo PCT, que permite buscar protección para una invención en muchos países al mismo tiempo, en este caso para las tres instituciones involucradas, mediante la presentación de una solicitud internacional de patente.

Las investigaciones continuarán, mientras tanto, Possani y su grupo de investigación continúan su búsqueda de sustancias en el veneno de alacrán que tengan efectos benéficos en la respuesta inmune del hombre o ayuden contra enfermedades como la malaria.

“Los alacranes llevan más de 350 millones de años en la superficie terrestre, tiempo muy largo en el cual han evolucionado para desarrollar recursos que le permitan alimentarse de otros animales y defenderse de predadores. Existen muchas especies en los ambientes más variados, por lo que existen cientos de moléculas diferentes, algunas con cambios sutiles, que aún estamos por explorar”.

PROBLEMA MUNDIAL. En 2016, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) reportó dos mil 569 muertes por tuberculosis en México, y 21 mil 184 nuevos casos en todo el país. Veracruz, Baja California, Guerrero, Tamaulipas y Sonora son los estados más afectados.

El tratamiento contra esta enfermedad dura aproximadamente seis meses, por lo que los pacientes lo abandonan; con ello generan cepas resistentes que requieren de mayor cantidad de antibióticos y extender la medicación hasta por cuatro años.

De acuerdo con la OMS, la tuberculosis afecta principalmente a los adultos en los años más productivos de su vida, lo que no significa que los demás grupos de edad estén exentos de riesgo. Más del 95 por ciento de los casos y de las muertes se concentran en los países en desarrollo.

La infección se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.

Se calcula que una cuarta parte de la población mundial tiene tuberculosis latente, término este aplicado a las personas infectadas por el bacilo pero que aún no han enfermado ni pueden transmitir la infección.