¿Hay más tapaderas de Mancera?

Ahora que al equipo de Miguel Ángel Mancera o mejor dicho a “sus tapaderas” de los hermanos Serna le están sacando sus trapitos al sol, como convertirse en prestanombres para que el ahora senador se hiciera de decenas de bienes inmobiliarios, están apareciendo otros nombres que pudieran estar involucrados en corruptelas y malos manejos durante la pasada administración. Nos dicen que uno de ellos es el del señor José Ramón Amieva, el sustituto de Mancera cuando se separó del cargo en busca de una candidatura para la Presidencia y quien desde su puesto interino operó, permitió y presionó para la adquisición de inmuebles y el otorgamiento de permisos de construcción o remodelaciones. La historia la sabe bien el entonces titular de la Seduvi, Felipe de Jesús Gutiérrez, a quien, nos dicen, lo presionaron para firmar la autorización de planes que terminaban en millonarios negocios inmobiliarios. Otro a quien quisieron presionar, pero aún no se sabe si accedió, fue Jorge Silva, oficial mayor del GDF, de quien por sus manos tuvo que pasar una que otra autorización. Sean peras o manzanas, siguen saliendo a la luz nombres de exfuncionarios de Mancera metidos en corruptelas.

El Viejón, un agente de la PGJDF

Nos dicen que Carlos Huerta, ahora vinculado con el Cártel de Jalisco Nueva Generación y con la balacera en la que mataron a dos ciudadanos israelíes en la Plaza Artz, fue agente de la Procuraduría del DF, pero que fue dado de baja porque se le perdió un arma larga; qué ironía de la vida, años después le decomisaron 14 del mismo tipo, así como miles de balas y granadas, durante un operativo en la alcaldía de Álvaro Obregón. Sus excompañeros, quienes todavía tienen memoria lo recuerdan por ser hijo, según presumía, de un jefe de la policía en Huixquilucan. El Viejón, como lo conocen desde aquellos ayeres, estuvo adscrito precisamente a la Fiscalía de Álvaro Obregón, territorio que conoció en su etapa de judicial y que años después se disputó con los integrantes de la banda de El Lennin. Un golpe más al narcotráfico orquestado desde la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía capitalina, que sin duda se están poniendo las pilas en cuanto a la guerra con el crimen organizado; habrá que esperar si este personaje no aprovecha los descuidos en la integración de carpetas y consigue su libertad como los otros.

Ebrard y Serrano regalaron plazas

Ahora que el Gobierno de la Ciudad revivió el tema del reordenamiento de vendedores ambulantes a las plazas comerciales y algunos predios que desde el 2007 la administración capitalina entregó a líderes de comerciantes, nos vienen a la mente los nombres de quienes encabezaron aquel ambicioso proyecto que en vez de solucionar el problema del comercio informal pareciera que lo empeoró. Quienes tienen buena memoria recordarán que la cabeza del plan de reordenamiento fue el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, ahora canciller del Gobierno de la 4T. El señor Ebrard encargó al diputado, ya no se sabe si perredista, del Verde Ecologista o independiente, Héctor Serrano, conocido como El H, en tiempos cuando movía los hilos del perredismo, la tarea de limpiar el perímetro “A” del Centro Histórico, pues desde su ventana el entonces mandatario se percató del cochinero en que se había convertido el primer cuadro de la Ciudad. El H se encargó de la reubicación de los ambulantes y para ello, después de varios meses de estira y afloja con diferentes dirigentes, la mayoría de ellos properredistas, logró convencerlos de levantarse de las calles; sólo que todo mundo supo que el señor H favoreció a una sola familia en la repartición del pastel: los Barrios, comandada por doña Alejandra Barrios y seguida por Graciela, Dianita y Sergio, todos ellos muy amigos de Ebrard y Serrano, pues al paso del tiempo permitieron que los Barrios regresaran a las calles y se quedaran con las plazas y predios que les entregaron en 2007. Fíjense nomás…

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