Cultura

Hernán Cortés imaginaba edificar una Nueva España diferente a la que resultó

Hace 473 años el conquistador falleció, pero antes dictó 64 mandas que deberían cumplirse: Terminar el hospital en el centro de la ciudad, construir un monasterio y un colegio, entre otras

Hernán Cortés
Hernán Cortés Hernán Cortés (La Crónica de Hoy)

El testamento de Hernán Cortés (1485-1547) da continuidad al proyecto de colonización que imaginó para la Nueva España, por eso entre las 64 mandas que dictó previo a su muerte, acontecida el 2 de diciembre de 1547, ordena que sus restos sean trasladados a su villa de Coyoacán, se termine la obra del hospital de Nuestra Señora que mandó a hacer en la Ciudad de México; así como que se edificara un monasterio de monjas franciscanas y un colegio para estudiantes de teología derecho canónico y civil.

“Cortés no vino, conquistó, se enriqueció y se fue, sino que tenía todo un proyecto de colonización, en donde imaginaba una Nueva España diferente a la que resultó. Él tenía la idea de que se fundara el reino de la NE y que este reino fuera gobernado por los conquistadores y su descendencia, los llamados encomenderos, es decir, los españoles que tenían encargados varios pueblos de indios para cristianizarlos a cambio del tributo que recibían”, explicó el doctor en historia Rodolfo Aguirre Salvador.

Por ello, en las muchas cartas que le escribió al rey de España, insistió en que gracias a él y a sus soldados, Carlos V había ganado todo este territorio y por ello merecían una gran recompensa, “la cual consistía en darles encomiendas a todos y que el rey garantizara que fueran perpetuas, es decir, que las pudieran heredar por los siglos de los siglos para que esta casta de encomenderos fueran los gobernantes de la NE y quienes establecieran todas las instituciones del rey, así como las formas de gobierno”

No obstante, como se señala en el libro Testamento de Hernán Cortés. Descubierto y anotado por el P. Mariano Cuevas, la voluntad de Hernán Cortés no se cumplió en su totalidad, empezando por la primera manda ya que si bien sus restos fueron traídos de Sevilla, donde falleció, a la Nueva España, sus huesos no descansaron en la villa de Coyoacán “porque el monasterio de monjas franciscanas, en esta cláusula mencionado, nunca llegó a construirse”, en parte porque los bienes y negocios de Cortés “no daban para cumplir la última voluntad del testante”.

Respecto al “Colegio para estudiantes que estudien teología derecho canónico y civil; para que haya personas doctas en la Nueva España, que rijan las eglesias e informen e instruyan a los naturales de ella en las cosas tocantes a nuestra santa fe católica (…)”, que dictó Hernán Cortés, Rodolfo Aguirre Salvador explicó que el conquistador oriundo de Medellín, Badajoz, España, pensaba en los hijos de los conquistadores y encomenderos.

“Cortés tenía la idea de que las guerras de conquista no van a ser eternas ni iba a haber tantos indios para seguirlos repartiendo y que les tributen. Entonces, él ya está previendo en ese testamento que los hijos de sus soldados, como no se van a dedicar a la guerra, se dediquen a ser letrados, hoy diríamos profesionales, y que tengan cargos públicos para que gobiernen a la NE que comenzaba a formarse”.

En este ideal de Cortés, los indios tenían un espacio importante y debían ser bien cristianizados por los frailes. De hecho, añadió el investigador de Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, Cortés estuvo muy apegado a los franciscanos y prevé que la iglesia que existe en NE, sea de los frailes.

“Este proyecto nunca fue aceptado por la corona porque tenían el temor, en parte fundado, de que si le seguían dando tanto poder a Cortés, él, algún día, podría declarar la independencia de la NE y convertirse en rey. Esto nunca pasó y hasta donde sabemos, Cortés nunca tuvo esas intenciones, aunque su hijo sí”

Esta institución educativa tampoco logró realizarse, no obstante, “en su lugar, la monarquía española, fundó la Real Universidad de México para los hijos de los nuevos colonizadores españoles que ya no son encomenderos ni conquistadores, pero que sí pretenden cargos públicos en la NE, aunque este proyecto educativo que inicia Felipe II es otro”, destacó Rodolfo Aguirre, también autor de obras como Los indios, el sacerdocio y la Universidad en Nueva España. Siglos XVI – XVIII.

Lejos de estas decisiones o mandas que apuntan más allá de él y su familia, a la Nueva España, que no lograron cumplirse, las cuestiones familiares, como la disposición sobre las 5 mil misas dotadas que mandó pedir, de las cuales mil eran para las ánimas del purgatorio; 2 mil para las personas que fallecieron en su compañía y al servicio de La Conquista; y el resto para quienes él no recordaba o no había tenido noticias, pero con los cuales él tenía algún cargo, sí se cumplieron.

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