Opinión

Ideas para reformar a los partidos (II)

Ideas para reformar a los partidos (II)

Ideas para reformar a los partidos (II)

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La tesis de que los partidos introducen en la lucha política moderna la movilización democrática de las masas bajo una idea compartida sobre el estado del mundo, se encuentra en crisis. Innumerables voces de la sociedad civil manifiestan con fuerza la necesidad de poner en sintonía a las organizaciones partidarias con los tiempos que corren, caracterizados por la presencia de nuevos grupos sociales en busca de representación política. Se rechazan las adecuaciones cosméticas para demandar cambios de fondo.

Es también una crítica a la clase política que los dirige, bajo la consideración de que sus acciones han sacrificado el interés colectivo en favor de sus objetivos particulares. Los ciudadanos manifiestan creciente frustración y tienen la impresión de no poder controlar su destino colectivo con medios democráticos y, por ello, frecuentemente consideran recurrir a medios no democráticos para hacerse escuchar.

Los partidos surgen como una proyección representativa de la sociedad civil que se ha transformado en una representación oligárquica de sí mismos. Max Weber los definía como “el patronazgo de las oficinas” por su propensión a usar en su beneficio, la administración y los servicios públicos a través de prácticas clientelares y de corrupción.

El sociólogo formula una concepción sobre el “partido de notables” donde destaca la posición de poder de los jefes. Retoma así, una tradición de pensamiento político representada por Gaetano Mosca, Vilfredo Pareto y Robert Michels según la cual, es imposible un gobierno de todos a partir de la constatación empírica de que siempre es una minoría la que se ocupa con cierta continuidad y responsabilidad de los asuntos del gobierno.

De esta forma, la política llegó a configurarse como el arte de la dominación de los pocos sobre los muchos, representando la evidencia permanente de que la desigualdad de poder constituye una problemática que es necesario corregir.

El resultado de esta manera de interpretar la vida política ha sido una lucha incesante entre unos pocos por la dominación de los muchos. No era así para los clásicos de la antigüedad cuando escribían sobre la democracia, por ello oligarquía, aristocracia o plutocracia representaban los nombres de las formas de gobierno de unos pocos.

Para ellos el número de gobernantes era el que determinaba la forma de gobierno, mientras que, contrariamente, para los pensadores modernos adquirió centralidad la forma constitucional del Estado y las modalidades de la participación de los muchos.

Actualmente, se reconoce la existencia de una restricción oligopólica de la competencia electoral que ha transformado a los partidos tradicionales en empresas políticas y en espacios reservados a los aspirantes de una carrera parlamentaria. Los partidos también han generado esquemas no democráticos en su gestión cotidiana lo que incrementa la separación entre líderes y sociedad.

Ellos se han esclerotizado convirtiéndose en grandes máquinas burocráticas cuyo único objetivo es recolectar votos. Han perdido el vínculo fuerte con su electorado e incluso con sus militantes. A su interior, el proceso decisional es formalmente democrático pero se encuentra vacío. Las determinaciones son previamente confeccionadas desde el vértice de la organización sin una real intervención de las bases. La burocracia interna dispone de un amplio poder de veto y condiciona todas las decisiones políticas.

Los partidos son producto del ambiente en el que operan, y porque el ambiente es democrático, se encuentran vinculados al compromiso de homologar su actuación y organización interna con los principios democráticos.

Habiéndose independizado de la sociedad, los partidos abandonaron la acción asociativa que les dio origen. Por ello, en el momento actual es urgente una praxis política alternativa y una innovación radical que les permita nuevamente representar las demandas de los ciudadanos.

isidroh.cisneros@gmail.com

Twitter: @isidrohcisneros

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