
Edificaciones como la Torre Mayor, Torre Bancomer y Torre Latinoamericana —las más grandes que existen en la Ciudad de México— no afectan el subsuelo ni a las edificaciones contiguas, debido a la forma en la que fueron construidas.
La urbanista de la Universidad Nacional Autónoma de México, Florian Martínez, explicó que construcciones de gran tamaño como éstas —de más de 30 niveles— tienen una base principal sólida, ya que el desplante es de metal y no de cemento y varillas, como los edificios de oficinas y departamentos.
“Su base principal para la construcción de los niveles es de metal, ya no es una base de cemento y varilla. Al momento de hacer la cimentación tienen un procedimiento especial para soportar ese tipo de estructura que es más pesada, pero más resistente”, explicó.
Señaló que las constructoras de este tipo de edificaciones, ya no utilizan el método convencional: grava, arena y cemento, sino que realizan las obras mediante una estructura sólida para evitar colapsos o derrumbes.
Afirmó que las edificaciones nuevas tienen problemas debido a la cimentación y a su proceso de construcción, puesto que, en ocasiones fallan los cálculos para soportar el peso de la obra.
“Ambos son el problema. Seguramente el proceso de cimentación de las edificaciones que colapsaron por el sismo están faltas de algo. Quizá los cálculos para soportar lo que se llaman cargas vivas y cargas muertas no fueron los adecuados”, comentó.
Indicó que los cálculos de seguridad estructural deben ser precisos para evitar catástrofes como las del pasado martes 19 de septiembre.
“Un perito, que es el corresponsal de la seguridad, es el que realiza el cálculo de la estructura del edificio. De entrada se empieza por la cimentación”.
Martínez mencionó que existen tres formas de hacer la cimentación de una edificación.
La primera es la convencional, colado de cemento; la segunda es a través de Muros de Milán, base de concreto anclada hacia el subsuelo y que soporta la estructura del edificio; y la tercera, la de mayor efectividad, es la de profundidad de pilas.
En esta última, la constructora baja, dependiendo el nivel de la superficie en donde se llevará a cabo la obra, para hacer el cálculo de la obra y así saber a cuanta profundidad se deben clavar las pilas que sostendrán el edificio.
“El de pilas es el más efectivo. Hacen la excavación, incrustan las pilas que van a soportar la nueva obra, lo van acompañando de cajones de concreto y de muros Milán, lo que hace que la cimentación sea muy sólida”, comentó.
La especialista pidió que también se tome en cuenta la calidad y utilización de materiales; ya que en muchas ocasiones por ahorrarse dinero no es el suficiente o no tiene las características adecuadas.
Por último señaló que la mayoría de éstos edificios grandes cuenta con un soporte hidráulico especial que impide que se mueva la cimentación y con ello se afecte las edificaciones cercanas así como el subsuelo.
La edificación data de 1956 y para soportar su peso total —24 mil 100 toneladas— fue necesario introducir 361 pilotes, especialmente diseñados, a una profundidad de 33 metros para cimentar la torre que consta de 44 pisos y un pararrayos de 54 metros.
Además, se colocó una base de concreto que permite que el edificio “flote” en el subsuelo, independientemente del soporte que le otorgan los pilotes, con lo que es prácticamente imposible que se desplome durante un sismo.
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