En diciembre se inaugurará el nuevo museo de sitio de la zona arqueológica Xochitécatl, el cual contará con 200 metros cuadrados de construcción; dos salas de exposición, una de para temporales y otra para permanentes; un espacio abierto para muestras itinerantes; así como un auditorio en el cual se podrá ampliar la actividad cultural.

“Xochitécatl es un ejemplo de la fuerza e identidad de las mujeres desde la época prehispánica. Aquí, las generaciones nos dejaron claro la fuerza de una gobernante femenina, de un sitio donde todas las figurillas que han surgido tienen que ver con representaciones femeninas, en su totalidad”, destacó Alejandra Frausto Guerrero, titular de la Secretaría de Cultura federal, durante la colocación de la primera piedra.

Asimismo, explicó que anteriormente 342 hallazgos arqueológicos del sitio estaban expuestos en un espacio de 70 metros cuadrados, en un espacio que originalmente fue concebido como una bodega de herramientas o maquinaria y se adaptó como un museo de sala única.

“Quienes hicieron este trabajo de investigación y arqueología tenían un espacio para guardar sus herramientas y ahí se encontraba este gran tesoro expuesto, sin el señorío que merece un espacio y un manifiesto cultural como el que hoy estamos conmemorando. Sí, es una osadía decirlo, pero es una primera piedra para honrar está memoria, para poder contar con un museo de sitio digno de lo que aquí se representa”.

Iris Infante, coordinadora nacional de obras y proyectos en el INAH, puntualizó que los trabajos de construcción para el nuevo recinto llevan una semana, pues la intención es que sea un eslabón amable para la llegada del visitantes, pero que además acompañé las labores de investigación, conserva y exploración de la zona.

“Vamos a rehabilitar la unidad de servicios que se ubica en la parte lateral, de forma que el museo tenga todas las instalaciones adecuadas para la práctica museística, pero también para las labores de conservación”.

ZONA ARQUEOLÓGICA. Diego Prieto, director del INAH, explicó que de acuerdo con las investigaciones arqueológicas, Xochitécatl es un centro ceremonial de culto a las montañas, a la fertilidad y a la propiciación de las lluvias y el viento, cuyos símbolos parecen ser transmitidos a través de la imagen femenina de Tlazolteotl, deidad de origen huasteco relacionada con la sexualidad y los estados de la luna, cargada de atributos duales.

“Ubicada en la formación geológica llamada Bloque Xochitécatl-Nativitas-Nopalucan, ésta fue una sociedad con ascendente cultural olmeca-xicallanca y heredera de antiguos asentamientos agrícolas del valle de Puebla-Tlaxcala. Su apogeo precede al de Teotihuacán y Monte Albán, el cual se vio interrumpido en el siglo I de nuestra era por una fuerte erupción del volcán Popocatépetl que provocó el colapso de la producción de alimentos en esta región, por lo que Xochitécatl fue por primera vez abandonada”.

Y fue hasta los años 650 a 950 d.C. que la zona volvió a cobrar auge y comenzó una segunda etapa, misma en la que se extendieron las construcciones preexistentes.

PIEZAS. De las 342 piezas, 80 por ciento simbolizan la importancia de la mujer en la cultura tlaxcalteca precolombina, explicó Prieto. “Se trata de piezas que esquematizan mayormente el ciclo de la mujer, representando nacimientos, la maternidad, los cuidados infantiles, la ancianidad y la muerte que, por otra parte, simbolizan una significativa condición de “Entronamiento" o elevada posición social de la mujer, como gobernantes o reinas de la región, lo que resulta muy poco común en las civilizaciones prehispánicas de Mesoamérica.