Las Islas Marías son un archipiélago de cuatro islas: Cleofas, María Magdalena, San Juanito y la Isla María Madre, en las que confluye un ecosistema indispensable para el ciclo de la vida en el planeta, ya que alberga 50 especies catalogadas en situación de riesgo y otras que además de ser endémicas se encuentran en peligro de extinción como el loro cabeza amarilla, el conejo de Islas Marías, la tortuga carey y la tortuga verde. Las Islas Marías no solo son un Área Natural Protegida sino que también son consideradas una Reserva de la Biósfera; es decir, su contribución ambiental impacta benéficamente a todo el mundo.

Además son testigo de la historia de distintos momentos de México, de episodios llenos de claro obscuros que simbolizaron las conductas humanas que jamás deben repetirse como la esclavitud, la tortura, trabajos forzados, corrupción, entre otros, pero que en esa obscuridad jamás se ausentó la luz, pues también existen grandes legados literarios como la obra de José Revueltas y sus “Muros de Agua”, la película de Islas Marías protagonizada por Pedro Infante o experiencias de vida para la reflexión colectiva como los episodios del “sapo” y el “trampitas” que ya hemos contado en esta columna.

El gran parteaguas que ha hecho renacer la vocación de las islas y su significado fue la creación del centro de educación cultural y ambiental “Muros de Agua”-José Revueltas, que hoy ya cuenta con el proyecto de guardianas y guardianes de la Madre Tierra en la que jóvenes participan en el aprendizaje práctico de técnicas para la regeneración y cuidado del medio ambiente para que al regresar puedan compartir y poner sus conocimientos al servicio de la patria. Así mismo la semana pasada el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado del secretario de Turismo, Miguel Torruco, la secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, y representantes de la Secretaria de Marina a cargo de José Rafael Ojeda, dieron a conocer las obras de remodelación de la Isla María Madre -donde era el centro penitenciario, para comenzar a recibir visitantes a partir del mes de junio. En palabras de Torruco el acceso de gente a las Islas se hace con base a un estudio de capacidad de carga, que da la pauta para el manejo del número máximo de visitantes sin una alterar el medio físico y sin una disminución en la calidad de la experiencia.

Lo que durante años simbolizó la represión, el atentado a la dignidad humana, la violación de los derechos humanos y el abuso de autoridad, ahora se convierte en un espacio para la preparación de talentos mexicanos en el aprovechamiento sustentable de la naturaleza. Además que se habilitan experiencias para que los visitantes puedan aprender, disfrutar y contribuir con la regeneración del medio ambiente. Ahora las Islas Marías son un símbolo de esperanza, libertad y sostenibilidad.