Escenario

Ismael Serrano y la belleza de su bohemia en El Plaza Condesa

El español regresó a México para cerrar su gira Todo empieza y todo acaba en ti.

Ismael Serrano y la belleza de su bohemia en El Plaza Condesa

Ismael Serrano y la belleza de su bohemia en El Plaza Condesa

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“La mayor parte de las canciones que se escriben son de desamor, pero no siempre se le canta al desamor desde la nostalgia, a veces también se escriben canciones para bendecir”, dijo el cantautor español Ismael Serrano en el principio del concierto que ofreció la noche de este miércoles 16 de noviembre en el escenario de El Plaza Condesa, en cuyas palabras se resume de alguna forma el tenor de la velada.

El español regresó a México para cerrar su gira Todo empieza y todo acaba en ti, la cual lo ha llevado a recorrer el interior del país y otros rincones de Latinoamérica en los últimos dos años. Un disco que de por sí tiene una carga de influencias musicales de sus visitas en los últimos años y la madurez autoral que ha tenido desde que en 1997 grabó su primer disco, Atrapados en azul.

El Plaza Condesa cambió su atuendo. Se colocaron cientos de sillas para los espectadores y en el escenario un juego de cuatro arbustos y un banquillo en el que el cantautor pasó la noche, con su particular sentido del humor, guitarra acústica y timbre de voz distintivo con el que cantaba los poemas que ha sembrado con los años.

Comenzó con “Las cuatro y diez”, se ganó el aplauso con “Donde estarás” y poco a poco exploró distintos estados de ánimo como la remembranza en “Te vi” o desahogo la frustración y abrió la posibilidad de un cambió en “El día de la ira”: “A veces uno también canta desde la indignación”, dijo antes de comenzar este último tema.

“A veces no nos damos cuenta que no saber nada de la vida puede ser algo liberador, porque volvemos a tener la capacidad de sorprendernos”, dijo antes de comenzar a cantar “Apenas sé nada de la vida”, con la que fue subiendo poco a poco el tono de humor con el público. Acto seguido tomó prestado de Silvio Rodríguez el tema “Ojalá”, que puso a cantar al mismo tiempo a todos los presentes, “vaya que es una canción bonita”, dijo al terminar su interpretación y añadió en tono de broma, “es una canción de un muchacho que se está dando a conocer y a mí me gusta apoyar el talento”.

“Entre el amor y el odio no hay tanta diferencia, en ambos casos hay un deseo de ser correspondido”, mencionó en la presentación del tema “Te odio”, a la que le siguió la hermosa letra de “Absolutos”, en la cual hubo algunos inconvenientes técnicos que no dejaron disfrutar del todo el tema y que creó un momento de incomodidad para el cantautor. Trató de reponerse con la interacción con el público, pero este lo abrumó con peticiones musicales, hasta que comenzó a entonar “Ana”.

Uno de los momentos mágicos de la noche llegó con el tema “Recuerdo”, el cantautor sacó un cofre y de él sacó tres luces, que con la ayuda de efectos especiales crecieron en el escenario al mismo tiempo que se recitaba la presentación y tras ella uno de sus temas más aclamados “Papá cuéntame otra vez”.

Para el tema “La llamada”, contó con la entorpecida ayuda de algunos presentes del público, y luego cantó “Los invisibles”, con la que rindió un homenaje a “aquellos que han desaparecido, algunos en México”. La recta final llegó con un alto nivel de emociones emocionantes, primero con la improvisada “Últimamente”, luego con la más conmovedora de la noche que fue “Ahora que te encuentro” y selló el final con ese homenaje a la esperanza de vivir y agradecer que es “Vértigo”. Se despidió, pero volverá pronto, así lo dijo.

ijsm