La pequeña Jakelin Caal, una niña guatemalteca de siete años, falleció el pasado 8 de diciembre en un hospital de El Paso, Texas, mientras estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de EU. Su muerte causó una gran polémica sobre cómo tratan las autoridades migratorias del país a los niños detenidos, pero la CBP se justificó asegurando que Caal falleció por deshidratación.

Ahora, cuatro meses después, la autopsia de la pequeña reveló ayer que en realidad no falleció por deshidratación, sino por una infección bacteriana, por estreptococo, que se extendió rápidamente a sus órganos vitales. De esta manera, las conclusiones del análisis del cuerpo, que fue enterrado la Nochebuena en su pueblo natal, contradicen la primera versión de la Patrulla Fronteriza, que aseguraba que la pequeña llevaba días sin comer ni beber cuando la arrestaron junto a su padre.

De hecho, el padre, Nery Caal, que se quedó detenido, ya negó esta versión, y dijo que habían comido en los días previos a cruzar a EU, el 6 de diciembre, y que la niña estaba bien. De hecho, afirmó que la CBP los trató bien y les dio a ambos comida y bebida.

La niña empezó a vomitar durante el trayecto hasta el centro de detención en El Paso; la trasladaron al hospital, pero poco más de 24 horas después falleció.