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Juicio a ex presidentes, “como premio de lotería”…

La propaganda para participar en la consulta recayó en ciertos sectores comunitarios: tapizaron postes, bardas, pero al final el ejercicio no prendió. Había más gente en el puesto del chicharrón que en la casilla.

Juicio a ex presidentes, “como premio de lotería”…

Juicio a ex presidentes, “como premio de lotería”…

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

-Ándale, anímate a votar. Al fin ya estás aquí -invitaba un anciano a otro, frente a un destripado toldo usado como sede de una mesa receptora de la consulta popular, en la delegación Coyoacán. En términos rimbombantes, el ejercicio era contra “actores políticos del pasado” -así lo señalaba la papeleta entregada a los participantes-, aunque en la conciencia colectiva todo parecía reducirse a los ex presidentes.

-¿Para qué, si no les van a hacer nada? -respondió el rejego.

-Si no hacemos nuestra luchita, menos -insistió el amigo cuyo pulgar ya había sido entintado.

-Es puro teatro. Esto no servirá de nada…

-¿Y cómo sabes? ¿A poco cuándo compras un billete de lotería, ya sabes que vas a ganar? No, quién sabe si ganes, pero ya diste el primer paso y estás puesto por si te sale premio.

-Esto no es premio, es faramalla. Si cometieron delitos, que se les castigue y punto.

Y así, entre manoteos y alegatos, se fueron los dos octogenarios por una calle de cartulinas empapadas con la leyenda: “Vecino, participa en el juicio contra los ex presidentes”. Los días previos de chubasco las dejaron restregadas sobre el piso, con la tinta escurrida.

Frente a los mensajes encontrados de las instituciones, la propaganda para participar en la consulta recayó en ciertos sectores comunitarios: tapizaron postes, bardas y otros lugares públicos con miles de papelillos: detalles sobre la consulta y la ubicación de urnas. Pero al final, el ejercicio no prendió.

“Hay más gente en la fila de las tortillas o en el puesto del chicharrón que en la casilla”, decía doña Margarita, vecina de la delegación Iztacalco y quien para entonces llevaba en la bolsa rebosante todo lo necesario para el taco placero.

La consulta atrajo en su mayoría a padres y abuelos, quienes en casa perdieron la batalla para convencer a los más jóvenes.

“Estos pinches chamacos prefirieron quedarse flojeando con el celular y los videos. No saben nada de historia, no sé a qué van a la escuela”, se quejaba don Anselmo, habitante de la misma demarcación.

“Por más que les expliqué quién había sido Díaz Ordaz, quién había sido López Portillo, De la Madrid, Salinas y los demás, dijeron que no, que así estaban bien, que ni los habían conocido ni tenían nada contra ellos. Por eso nos han robado tanto, les dije, porque el pueblo no protesta”.

“Antes nos teníamos que cuidar de hablar de los políticos, tenías que ver para todos lados y verificar que no hubiera un policía: si te escuchaba, te llevaba a los separos. Ahora tenemos más libertad, pero somos unos brutos”, describía don Jaime, otro refunfuñón.

-¿Qué explicación da a la poca afluencia de votantes? -se le cuestionó.

-Que somos agachones, nos dan un guamazo en la mejilla y ponemos la otra. Y además, hay muchos apasionados a los partidos políticos. Si te pones a preguntarle a la gente, verás que son partidistas, priistas. Ya lo traen de herencia: los abuelos eran priistas y católicos, los papás igual y los hijos no se diga.

Otros, además de las garnachas, optaron por el domingo de cruda. Como José Luis, un joven de la delegación Iztapalapa, a quien se pilló con decenas de cervezas entre brazos, en las inmediaciones de la casilla correspondiente a la sección 2683.

-¿Ya fuiste a votar?

-¿A poco hay votación?

-Sí.

-¿Y de qué?

-La consulta contra los ex presidentes.

-Yo ni sabía.

-¿Pero qué tal las chelas?

-Papá, esas sí no faltan, para la crudita.

Ahí, en esa sección, se dio un altercado entre dos hombres de visiones divergentes y pocas pulgas.

“No hay que dejar pasar la oportunidad. Vamos a enjuiciar a estos ladrones”, gritaba uno de ellos, en un intento por sacudir la indiferencia vecinal.

-¿De qué ladrones habla? -preguntó el otro, quien pasaba por ahí después del mandado de mediodía.

-De los ex presidentes.

-¿Y por qué no incluyeron también al actual?

-Obrador tiene sus fallas, como todos, pero va más a positivo.

-¡También es un ratero!

-Ahórrate esa palabra. Él está impulsando reformas de ley, castigo a los saqueadores del país, ni modo que él mismo se va a ahorcar. Tiene la reata cerca, pero no se la lleva al cuello.

No pasó de palabras y rabietas. La jornada prosiguió, aunque siempre bajo la sombre del naufragio.

“Tal vez no llegaremos al 40 por ciento del padrón electoral y la consulta no podrá ser válida -decía doña Rosario, de la delegación Coyoacán-, pero al menos ya nos desahogamos un poquito”…