
Un saldo de 56 muertos y 92 heridos dejaron ayer cuatro ataques, dos perpetrados por un suicida y un coche-bomba cerca del Parlamento en Kabul, que cobró 38 vidas y lesionó a 80 más, mientras que un tercero se registró contra una oficina gubernamental en la provincia de Kandahar, donde fallecieron 11 personas y 12 resultaron lesionadas, mientras que el cuatro, en la sureña Helmand cobró siete vidas, informaron fuentes oficiales.
De acuerdo con el director del departamento de Emergencias del Ministerio de Interior afgano, Homayoon Aini, en el primer doble atentado “un atacante suicida detonó su chaleco explosivo justo a las afueras del edificio Al-Haqqi del Parlamento y fue seguido por un segundo ataque suicida con un coche-bomba que estaba estacionado cerca del edificio del Parlamento.
Reportes de medios locales señalaron que un autobús de transporte público en el que viajaban civiles quedó destruido por la explosión del coche-bomba.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid reivindicó a través de la red social Twitter el ataque en un comunicado en el que afirmó que el primero iba dirigido contra un microbús que transportaba a empleados de la inteligencia afgana y que el segundo estaba dirigido contra las fuerzas de seguridad que llegaron para auxiliar a las víctimas de la primera explosión.
El ataque se registró sobre las 18:30 horas locales contra el complejo de oficinas del gobernador de Kandahar, Homayoon Azizi, que también resultó herido en la agresión, informó su portavoz, Samim Khpalwak.
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