
Hace siete años, la cineasta Kenya Márquez sorprendió al Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) con su ópera prima Fecha de caducidad (2011), una comedia sombría en la que se encontraban personajes marcados por la violencia: Una mamá asfixiante cuyo hijo de 40 años ha desaparecido; una mujer que sufre violencia por su pareja y un hombre, de aspecto torpe, que vive obsesionado con las notas rojas de la prensa. Personajes cuyo factor común es la desolación.
Para su segundo filme, Asfixia, que compite por la Mejor Película Mexicana del FICM, retoma algunos aspectos de su opera prima para profundizar en ellos. Especialmente habla sobre la violencia de género a partir también de haber leído que más del 70 por ciento de las mujeres que están en prisión se les atribuyen delitos por amor.
“Cuando llegan a la cárcel se quedan solas, a diferencia de los hombres, quienes siempre tienen a alguien que intenta sacarlas. Las mujeres quedan en el olvido como una especie de castigo; por eso me llegó la reflexión de contar la historia a partir de una mujer que pierde a su hija al entrar a prisión y a la par sufre discriminación y violencia”, agregó.
Después de salir de la cárcel donde aprendió a cuidar a los enfermos, Alma, una mujer albina, decide recuperar algo mucho más importante que su propia libertad. Para hacerlo, Alma se ve obligada a cuidar a Clemente (un hipocondríaco con un TOC para evitar una muerte súbita) por la noche. La relación entre ellos pasará de la sospecha y el miedo a la ternura y el amor.
De acuerdo con la cineasta, su objetivo fue plantear una historia en la que el personaje principal enfrentara doble discriminación: “salir de la cárcel y tener que reintegrarse a la sociedad con las implicaciones que ello conlleva, además de tener la dificultad de ser albina”, dijo la cineasta.
“Lo quise hacer a través del filme fue una historia de amores y desencuentros, de amores que se pierden por decisiones propias y ver la complejidad del ser humano. En esta película no hay buenos ni malos los personajes”, agregó.
Por su parte, Johana Fragoso Blendl, psicóloga de profesión y protagonista del filme, relató cómo fue que la directora la incluyó en el proyecto, a pesar de no haber actuado nunca antes: “el casting fue muy raro porque nunca me hubiera imaginado que una directora me hablaría un domingo para ofrecerme un papel protagónico; fue un mes de trabajo, de entrenamiento y rodaje, y como soy psicóloga, desde ahí traté de construir cómo quería que fuera el pensamiento de mi personaje”.
En la cinta también participan Enrique Arreola, Mónica del Carmen, Raúl Briones y Azul Magaña. La última es una pequeñita albina que cursa cuarto grado de primaria.
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .