
Corea del Norte exhibió ayer su poderío militar en un desfile a apenas 24 horas para la inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno de PyeongChang, en Corea del Sur, Juegos en los que las dos Coreas participarán bajo una bandera unificada.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, presidió el desfile, que conmemoró el 70 aniversario de la fundación de su ejército, celebración que acostumbraba a tener otra fecha, y en el que mostró gran parte del arsenal nacional, incluyendo sus últimos modelos de misiles intercontinentales.
A diferencia de anteriores eventos de este tipo, el hermético régimen no invitó a periodistas extranjeros y mostró las imágenes en diferido a través de la cadena estatal KCTV, además de ser más comedido a la hora de enseñar sus armas, apuntan los expertos.
El desfile sirvió para “mostrar al mundo la fortaleza militar” del país, aseguró Kim en un discurso atípico durante el desfile, celebrado en pleno deshielo con Seúl por los llamados “Juegos Olímpicos de la Paz”,y ante las llamadas de Washington a que abandone sus programas nuclear y de misiles balísticos.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, prevé almorzar con la comitiva del Norte, en la que viaja Kim Yo-jong, hermana del dictador Kim Jong-un, y que llegará hoy a Seúl en un jet privado. Será la primera vez que un miembro de la dinastía Kim viaje al Sur.
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