Un día después de que saliera a la luz la carta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, exigiendo el perdón al rey Felipe VI por la Conquista, ocurrida hace 500 años, la petición desató una tormenta política en España, a un mes para que se celebren las elecciones generales.

El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, que llegó al poder mediante una moción de censura y pretende ganar ahora con la legitimidad de las urnas, reiteró ayer su negativa a pedir perdón.

“La llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”, señala un comunicado del gobierno.

Desde Buenos Aires, donde acompaña a los reyes Felipe y Letizia, que se encuentran de visita oficial en Argentina, el canciller Josep Borrell, lo dejó claro de una forma muy ilustrativa: “Obviamente España no va a presentar esas extemporáneas disculpas”, como ha solicitado el presidente de ese país por carta al rey Felipe VI y al Papa. Del mismo modo que no vamos a pedir a la República francesa que presente disculpas por lo que hicieron los soldados de Napoleón cuando invadieron España. Ni los franceses van a pedir a los italianos que se disculpen por la conquista de las Galias de Julio César”.

“Iniciativa desafortunada”. Borrell desveló que habló hace unos días de esta “iniciativa desafortunada” con su colega mexicano, Marcelo Ebrard, y que ambos harán “todo lo posible” para que las relaciones entre los pueblos, y también entre los gobiernos y los Estados, “no se vean perturbadas por esta iniciativa que naturalmente no vamos a dar curso”. Eso sí, insistió en que “vamos a hacer todo lo posible para que las relaciones entre los pueblos y los gobiernos no se vean enturbiadas por esta iniciativa desafortunada”.

Podemos, con AMLO. La coalición de izquierda, Unidas Podemos, liderada por Pablo Iglesias, fue la única formación nacional que salió en defensa del presidente mexicano. “Tiene mucha razón en exigirle al rey que pida perdón por los abusos en la conquista”, señaló la portavoz adjunta en el Parlamento, Ione Belarra. Si llegan al gobierno, prometió “un proceso de recuperación de la memoria democrática y colonial que restaure a las víctimas”.

La derecha afila cuchillos. Mucho menos diplomáticos y más oportunistas se mostraron los tres partidos que compiten por el voto conservador, el PP (derecha), Ciudadanos (liberales) y Vox (extrema derecha), y que buscan una alianza para lograr echar a la izquierda del poder.

“Lo que ha dicho es una auténtica afrenta contra España. No lo voy a admitir”, declaró Casado y exigió al presidente Sánchez que diga “claramente a este tipo de gobiernos izquierdistas que no compartimos esas palabras”. El sucesor de José María Aznar y Mariano Rajoy aprovechó la polémica para atacar con mentiras a su rival socialista en las urnas. “Sánchez se ha puesto de lado de Nicolás Maduro en Venezuela y de los sucesores de Castro, en Cuba”, declaró Casado, obviando que Sánchez fue precisamente el primer líder europeo que desconoció a Maduro y su régimen autoritario.

“Yo no creo en la leyenda negra de España. Ni en la que se trazó hace siglos ni en la que la izquierda acomplejada intenta ahora escribir. Somos una de las naciones más importantes de la historia de la humanidad”, aseguró.

Sin nombrarlo directamente, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tachó de “populista” a López Obrador, que “falsea la historia y busca el enfrentamiento”. Quien sí lo hizo fue el candidato de la ultraderecha española, Santiago Abascal, quien opinó: “López Obrador, contagiado de socialismo indigenista, no entiende que al pedir reparaciones a España, en realidad está insultando a México”.