
Un cuarto de siglo después de que Lady Di apretara el botón nuclear con una entrevista explosiva contra su todavía marido, el príncipe Carlos y su suegra, Isabel II, la monarquía británica vuelve a temblar ante las consecuencias de la entrevista del nieto de la reina, el príncipe Enrique, y su esposa Meghan Markle.
La entrevista, que fue hecha por la presentadora Oprah Wimfrey y será difundida íntegramente este domingo en Estados Unidos y mañana en Reino Unido, promete generar una fuerte polémica, a tenor de los extractos publicados, en los que los duques de Sussex acusan a la familia real británica de “perpetuar las mentiras”.
Según el "Sunday Times", generalmente bien informado sobre cuestiones de la realeza, Isabel II (94 años) no seguirá la entrevista, cuyo entorno calificó de "circo", y pasó al contraataque con un discurso televisado con motivo del Commonwealth Service, en el que destacó la importancia de la "dedicación al deber".
"Los momentos de duras prueba (por la pandemia) sufridos por tantos han han mostrado conmovedores ejemplos de coraje, compromiso y dedicación al deber en forma desinteresada; y han llevado hacia una apreciación más profunda del apoyo recíproco y el sostén espiritual del que gozamos al estar en contacto con otros", declaró.
Fuentes monárquicas citadas por el "Sunday Times" señalaron que el entorno de la reina "harán un frente común", si las declaraciones de Enrique y Meghan contienen cuestionamientos sobre la corona o ataques personales.
"El estado de ánimo en la familia es: ¿Podría todo el mundo callarse de una maldita vez y podríamos seguir con el trabajo diario?", señaló un alto cargo de Buckinghan no identificado al dominical.
La prensa británica dedica este domingo grandes portadas a la entrevista del nieto y la nuera de la monarca con Oprah Winfrey, que llega a ser comparada por su relevancia con la que Diana de Gales ofreció a la BBC a finales de 1995, en la que reveló que en su matrimonio “somos tres”.
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