Opinión

La crisis de Ecuador y la contradicción de Trump

La crisis de Ecuador y la contradicción de Trump

La crisis de Ecuador y la contradicción de Trump

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Luego de la crisis social y política que se ha vivido en las últimas semanas en Ecuador y que ha dejado varios muertos, heridos y detenidos, por fin, este fin de semana el mandatario de ese país, Lenín Moreno, hizo pública la derogación del polémico decreto 883, el cual eliminaba el subsidio al combustible.

Los inconformes, aseguraban que la medida de eliminar dicho subsidio terminaría con una escalada de aumento en los precios de la canasta básica y del transporte público, así como de productos agrícolas lo que afectaría a la economía de los que menos tienen y que es la mayoría de la población ecuatoriana que viven en extrema pobreza.

Por ello, a partir de ayer, las marchas, bloqueos, toque de queda, disparos, y demás escenas que los medios locales e internacionales registraron, cesaron después de que autoridades del país sudamericano aceptaran la petición del movimiento indígena durante el diálogo entablado, con mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Todo ello, ha puesto a Ecuador en los principales medios de comunicación del mundo, pero también, dicha crisis destapó cuestiones políticas internas y externas que de alguna manera mostraron el doble discurso de Donald Trump, que, por un lado, criticó las acciones de los indígenas que salían a las calles a manifestarse en contra de Lenín Moreno, pero por otro, alentaba a la oposición de Venezuela a tomar las calles usando, incluso la violencia.

Si bien ningún presidente tanto de Ecuador como de Venezuela es bien visto por sus gobernados en estos momentos, llama la atención la visión injerencista que aún conservan los Estados Unidos en América Latina que apoya a gobiernos afines a ellos, pero a su vez, conspira en contra de los que no coinciden con su ideología e independientemente de las tiranías que gobiernen en otros países, la Unión Americana no debe violar el derecho internacional como analistas han asegurado que se viene haciendo desde décadas pasadas.

Incluso, estudios publicados por organismos internacionales, dan cuenta de la injerencia de nuestro vecino país del norte en asuntos internos de otras naciones justificando su intervención en la supuesta lucha por la libertad y democracia.

Lamentablemente, la injerencia o el supuesto apoyo, se ha convertido en algunos casos en todo un intervencionismo de Estados Unidos obedeciendo a una “ideología impuesta desde sus primeros días como nación, en los tiempos de la colonia y posguerra de independencia; en donde el joven Gobierno se basó en el pensamiento del ‘Destino Manifiesto’ para invadir y actuar contra otras naciones”.

De ahí es que aún en pleno 2019 nos estamos dando cuenta del grado de conservadurismo que prevalece en la nación más poderosa del mundo, toda vez que la filosofía a la que hacen referencia, del “Destino Manifiesto”, está basada en la convicción de que “Dios eligió a Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una nación superior al resto del mundo” y la forma en la que lo han venido demostrando es con  los intentos de “extenderse por todo el continente”.

Por si fuera apoco, desde la década de los sesenta, hemos visto también una fuerte injerencia en Latinoamérica por parte de Rusia por lo que es el momento de que esta situación debiera frenarse en instancias internacionales ya que, seamos claros, las potencias mencionadas no llegan con un compromiso humanitario, sino que, como la historia nos lo ha mostrado, llegan con todas las intenciones del saqueo de recursos incluso a base de desplazamientos de pueblos enteros, principalmente comunidades indígenas.

*Alcalde de la Venustiano CarranzaTwitter: @julioc_moreno