El dato es desalentador porque significa estancamiento. Sin embargo, toda vez que la discusión se centró en si habría recesión o no (técnicamente significa que se presentan dos trimestres coninuos con movimiento negativo del PIB), el Ejecutivo se dio a la tarea de festejar el crecimiento trimestral de 0.1 por ciento.

La cordura la puso Arturo Herrera, titular de Hacienda, quien señaló que el país no está en una recesión técnica, sino que vive una desaceleración económica que está presente en todo el entorno internacional.

No hay riesgo de entrar en una fase de crecimiento negativo, afirmó Herrera Gutiérrez, no lo hay ni aun cuando se hubiesen presentado los dos trimestres negativos.

De acuerdo con esta estimación oportuna de INEGI, el segundo trimestre de 2019 fue superior en 0.4 por ciento (un resultado igualmente mediocre) respecto al mismo periodo del año pasado.

Recordó medidas anunciadas por la dependencia a su cargo, que incluyen la inyección de 485 mmdp como apoyo a capital productivo y adelanto de licitaciones del año 2020.  En tanto, la oposición en la Comisión Permanente exigió al presidente López Obrador dejar de pelear con la realidad y en cambio dinamizar la economía para no tener crecimientos magros con el del 0.1 por ciento que reportó el INEGI.

La oposición emplazó al Ejecutivo a presentar  pruebas de las acusaciones que lanzó contra Agustín Carstens, exsecretario de Hacienda, en el sentido de con fue con este funcionario con el que empezaron los moches en el presupuesto. El coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, Juan Carlos Romero Hicks, consideró que López Obrador  no tiene nada que celebrar después de este nulo crecimiento. “Esta Presidencia de otros datos, está incurriendo en dogmatismos de pleitos con la realidad”, lamentó la coordinadora del PRD en San Lázaro, Verónica Juárez. La perredista declaró que cualquier acto de corrupción debe ser castigado y el presidente López Obrador acudir ante las instancias correspondientes para denunciar al exgobernador del Banco de México, Agustín Carstens por los supuestos moches que entregó para que los diputados le aprobaran los presupuestos de egresos.