Opinión

La esencia de la Guardia Nacional

La esencia de la Guardia Nacional

La esencia de la Guardia Nacional

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Pertenezco a la generación que creció con la música de la banda Molotov, en los pasillos de la secundaria la canción de “gimme the power” era una especie de himno que coreábamos todos los que en ese entonces éramos adolescentes, la rola comenzaba diciendo “la policía te está extorsionando, pero ellos viven de lo que tú estas pagando y si te tratan como un delincuente no es tu culpa, dale gracias al Regente. Hay que arrancar el problema de raíz y cambiar al gobierno de nuestro país”. En ese momento esta banda contestaría y evidenciaba lo que todos podíamos palpar en las calles pero que no se atrevían a decir ni los medios de comunicación, ni las estadísticas, ni mucho menos el gobierno.

El tiempo fue pasando y con ello el problema se fue agravando, en lo personal debo confesar que en mi recorrido a lo largo del país, acompañando distintas causas en las que atravesé con migrantes, familiares de desaparecidos, defensores de derechos humanos ambientales, autodefensas, retenes militares, “zonas calientes”; entre otras, jamás llegué a sentir mi vida tan en riesgo como cuando en la frontera norte de Puebla con Veracruz, mientras peregrinábamos, los policías nos detuvieron sin ningún motivo.

Sin entrar en detalles, ese día comprendí que el verdadero problema son las cabezas de los policías, particularmente en los estados, los gobernadores en turno; por supuesto no todos, que a través de la policía organizan el crimen y lo modulan. El ajuste de cuentas tienen que ver entre los reacomodos de poder que orquestan algunos de estos exgobernadores con la fuerza que les haya quedado al salir de su mandato y que acostumbraron con el dinero fácil y malhabido al seguir hostigando, así surgen los de la nueva generación (la del nuevo gobernador) que lucha contra la vieja generación (la del gobernador saliente). La Policía Federal en muchos de estos conflictos acabó no sólo por corromperse, sino por llevar consigo e involucrar en el conflicto a ”terceros en discordia”, dependiendo de la región; es decir, el proceso de putrefacción de la policía la hacía cada día más hedionda.

El sentir que existía y aún vibra en la sociedad se manifiesta muy bien en una de las más recientes canciones de la banda molotov que siguen escuchando los hoy llamados “millenials”; (haciendo referencia a los policías) “porque en tí creíamos todos los mexicanos, te dimos trabajo pagado y honrado y te dimos un arma para cuidarnos y el arma que usas, la usas para robarnos”.

Sólo quedaba una solución; mando único y un soldado del pueblo. Mando único ha sido ampliamente discutido a lo largo de la conformación de la Guardia Nacional, mientras que el concepto del soldado del Pueblo cabe la pena destacarlo más. Consiste principalmente en que los militares se enfoquen en tareas sociales como auxilio en las zonas de desastre, jornadas de reforestación, construcción de infraestructura, trabajo comunitario, entre otras, para que con ello no sólo se genere un beneficio tangible por la presencia del Ejército en las comunidades donde se haga presente, mandando un poderoso mensaje subconsciente de orden y respeto, sino que también permita al Ejército tener información anticipada de primera mano y dar “tiros de precisión”, porque su principal aliado es el Pueblo.

Se trata de un renovado espíritu de quienes sirven al Pueblo, como lo hacían los Caballeros Águila Azteca, como el personaje que simboliza a la Guardia Nacional; Cuahutemotzin, aquellos seres de luz que luchan no por odio al de enfrente, sino por amor a los de atrás, que combaten convencidos en los ideales que sustenta su labor como el amor a la patria y no sólo por las “mordidas”, muchos de esos seres que ya hoy están en labores ya sea de policía, el Ejercito o la Marina y otros que desean incorporarse a la Guardia Nacional, como el niño que sueña que al crecer se convertirá en un policía honrado, un soldado valiente  o un héroe humilde para dedicar su vida a salvar a los demás.

César Daniel González Madruga

@CesarG_Madruga

madrugacesardaniel@gmail.com