Opinión

La evaluación del Coneval 2018

La evaluación del Coneval 2018

La evaluación del Coneval 2018

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A finales de marzo de este año, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social, Coneval, publicó el Informe de evaluación de la política social, 2018 (disponible enhttp://bit.ly/Coneval2018). Se trata de la más reciente edición de una serie relativamente nueva, que trata de ver dónde están los problemas en materia de pobreza, marginación y desigualdad en México y qué efectos tienen, si los tienen, las políticas de los tres niveles de gobierno en México.

Como ya es frecuente en los análisis de Coneval, nos informa que las políticas de desarrollo social no rinden los frutos esperados. En unos casos, por duplicidad; en otros, por el mal diseño de las políticas y en algunos otros, porque no cuentan con los recursos necesarios para sacar a las personas de la pobreza.

En la página 31 del informe hay una tabla que resume muchos de nuestros problemas, al presentar los datos de los diez municipios con mayor proporción y los diez municipios con mayores números absolutos de personas pobres. En el primer grupo, los municipios con mayor proporción de personas pobres, están comunas de Oaxaca y Chiapas, rurales, con una mayoría de población indígena. Ahí la pobreza “oscila” en un rango que va del 99.4 por ciento en San Simón Zahuatlán, Oaxaca, al 99.9 por ciento en Santos Reyes Yucuná, también en Oaxaca. En medio de esos dos “extremos” están otros tres municipios oaxaqueños (Santa María Zanisa, San Juan Ozolotepec y Coicoyán de las Flores), así como cinco municipios chiapanecos: Aldama, Chanal, San Juan Cancuc, San Andrés Duraznal, y Nicolás Ruiz.

En el segundo grupo, los municipios con mayores números absolutos de personas pobres, están Ecatepec de Morelos, con 786 mil 843 personas, mientras que en el último lugar de ese grupo, está otro municipio mexiquense: Nezahualcóyotl, con 393 mil 721 personas pobres. Entre esos dos extremos, están otros dos municipios mexiquenses: Chimalhuacán y Toluca; una delegación de la Ciudad de México: Iztapalapa; la capital del estado de Puebla; León, Guanajuato; Tijuana, Baja California; Acapulco, Guerrero y Ciudad Juárez, ­Chihuahua.

Como puede verse, al menos cuatro de los municipios con mayor número de personas pobres (Ecatepec, ­Nezahualcóyotl, Chimalhuacán e Iztalapalapa) están ubicados en la zona metropolitana de la Ciudad de ­México y todos los otros municipios con mayor ­número de personas pobres forman parte de alguna de las grandes zonas metropolitanas de nuestro país. El contraste entre estas dos medidas de pobreza deja ver algunas de las razones que hacen tan difícil erradicar la pobreza en México. Por una parte, están pequeños municipios extremadamente aislados en la costa del Pacífico, desde Michoacán hasta Chiapas, en los que muchos de sus habitantes son personas indígenas y, por la otra, municipio urbanos, en los que las personas pobres ­luchan para incorporarse al mercado laboral en condiciones de desventaja.

Otra característica que lamentablemente hermana a los municipios con mayor número de pobres es que son ­algunos de los municipios más violentos de México. El caso de Acapulco es paradigmático, pero la situación en Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, así como la delegación Iztapalapa, no es tan distinta como quisiéramos creer que lo es y tampoco lo es en Ciudad Juárez, Tijuana y Puebla.

El modelo mexicano de desarrollo de los últimos 30 años no ha sabido romper los ciclos que perpetúan la pobreza y que, al hacerlo, generan las condiciones ideales para la desigualdad y la violencia que nos agobian. Ojalá que, en medio de los sombrerazos que los candidatos a la Presidencia intercambian en estos días, haya tiempo para discutir seriamente estos asuntos.

¡Felices pascuas de resurrección!

manuelggranados@gmail.com