Escenario

La Gusana Ciega recuerda sus inicios con Merlina 20

La agrupación ofreció un show íntimo en el Bajo Circuito de la Condesa

El cantante y compositor mexicano, Aleks Syntek, en concierto.
El cantante y compositor mexicano, Aleks Syntek, en concierto. El cantante y compositor mexicano, Aleks Syntek, en concierto. (La Crónica de Hoy)

¿Cuántas bandas pueden darse el lujo de regresar al inicio, de tocar en clubes pequeños, apenas para una centena de personas, cuando ya están acostumbrados a los grandes foros, a los conciertos masivos donde cuentan fans por miles? La Gusana Ciega lo hizo para revivir a Merlina, aquel primer disco, que justo cumplió sus 20 años.

14 canciones conformaban su primer álbum. Y 14 fechas organizó la banda en 14 ciudades para grabar un disco en vivo  y escoger una canción por cada ciudad, esfuerzo conformado en este nuevo disco –que saldrá en digital el 9 de diciembre– donde se pone al descubierto la edad del personaje: Merlina 20. Todo por una sencilla razón: “sacarlo de las sombras, descubrir que habíamos hecho buenas canciones que estaban mal interpretadas”, dice Daniel Gutiérrez, vocalista del grupo.

Y bajo ese mismo concepto ofrecieron el 7 de diciembre un íntimo concierto en el Bajo Circuito, transmitido en línea por Terra Live Music y patrocinado por Schick, de nuevo para una pequeña aglomeración de fans que se precipitaban a los pies de esta banda, aunque ya no limitando el repertorio a esa veinteañera producción. Fans que son fiel testimonio de lo que el cantante opinó sobre sus canciones, sobre la esencia de la banda: “Son composiciones nada complicadas. Vehículos sencillos para transportar ideas y sentimientos no tan sencillos”.

La prueba se vive desde el principio, desde que los acordes de “Tornasol” se dejan escuchar por un segundo antes de ser opacados por el grito de los presentes. Se vuelve más tangible cuando el público acompaña con palmas y voz los coros de “No Puedo Verte” o “Me Puedes”; o cuando Daniel recibe el brasier de alguna entusiasta, tras ser tentada por los bailes del vocalista mientras canta, irónicamente, “No Me Tientes”.

A diferencia de éstas, las canciones de Merlina eran de “vivencias muy personales”, del tipo de tema que jamás se imaginaba platicar a una multitud. “No se componían para un público, eran para uno mismo en el cuarto” recuerda Daniel. “Y cantarlas para mucha gente es extraño. Tienen un mensaje con mucho dolor, profundidad y oscuridad. No creo que haya otro disco de La Gusana así”.

Aun si eso no pasa, la banda sigue motivada a experimentar, impulsados “por las ganas de hacer cosas diferentes, de meterle energía y arriesgarte con nuevas ideas” menciona Germán Arroyo, baterista. “Nunca hemos sido el sabor del mes, hemos crecido a escondidas” retoma Daniel. “Pero nos mantenemos vigentes gracias a la energía que tenemos”.

Y así es en Bajo Circuito, con un público que con trabajos llega a las tres cifras, pero todo para placer de la banda. Ya sin la frustración ni el enojo que antes pudo significar un concierto tan pequeño. Ahora hecho “para celebrar, para recordar los grandes momentos del inicio”, concuerdan los tres y lo demuestran tras cerrar la noche después de “Ella Estrella” y ver a los reunidos todavía esperar más de La Gusana Ciega.

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