“Me desnudaron frente a mi esposo y mi hijo, abusaron de mí frente a ellos”; “cuando llegamos a Nuevo Laredo unos sujetos nos secuestraron; escapé, pero mi hijo no”; “me fui por amenazas de las maras, porque no era capaz de pagar el impuesto de guerra”; “pagamos cinco mil dólares por el rescate de mi hermana (…) seguimos sin saber de ella, no confiamos en la policía de aquí”.

Éstas son sólo algunas de las historias atroces a las que están expuestos los migrantes centroamericanos todos los días en nuestro país, testimonios que han sido recogidos por pacientes atendidos por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) México. Se trata de historias terribles que los miembros de la organización no han atestiguado ni siquiera en contextos de guerra, señalan.

La violencia a los migrantes centroamericanos que buscan atravesar México inicia desde su país de origen y se recrudece a lo largo de nuestro territorio, refleja el informe Sin salida. La crisis humanitaria de la población migrante y solicitante de asilo atrapada entre EU, México y el Triángulo Norte de Centroamérica, ­presentado ayer.

El documento recoge datos de alrededor de 500 entrevistas de pacientes atendidos por MSF entre 2018 y 2019. Entre los resultados destacan que cerca del 60 por ciento sufrió un episodio de violencia, entre asaltos, extorsiones, violaciones, secuestro y torturas, perpetrados por el crimen organizado o por autoridades mexicanas.

Alrededor de la mitad de los entrevistados, señala, cita al menos un hecho violento como motivación para salir de sus países, cifra que se eleva en 62 por ciento si habían estado expuestos a violencia dos años antes de su salida. “La migración es la única salida posible y la inmensa mayoría no tiene otra opción”, señaló Sergio Martín, coordinador de MSF México, quien refirió que las caravanas migratorias han representado un símbolo de estigmatización y que no refleja un aumento sustancial de la migración rumbo a EU.

El informe adopta el nombre de “Sin salida” porque es un círculo, refirió por su parte Néstor Rubiano, responsable del Programa de Salud Mental de la organización. “El 82 por ciento de los pacientes encuestados había sido ya deportado y se encontraba de nuevo en la ruta, por una sencilla razón: porque su vida y su dignidad están en peligro”.

El especialista explicó que los migrantes centroamericanos desarrollan casos de síndrome agudo y están expuestos a constantes eventos traumáticos, lo cual se materializa en una “real crisis humanitaria en México”. Adicionalmente, los migrantes son tratados en condiciones deplorables en las estaciones migratorias sólo para ser deportados; aun así, regresan: “es como el mito del castigo de Prometeo encadenado, cuyas entrañas eran devoradas por el águila cada día”.

El médico enfatizó que en otros contextos internacionales no había atestiguado “el nivel de salvajismo y sevicia” que ha visto con la migración centroamericana en nuestro país. Entre los más vulnerables, acotó se encuentran los miembros de la comunidad LGBT, quienes han sufrido agresiones brutales.

“TERCER PAÍS SEGURO". En 2017, MSF México publicó el reporte Forzados a huir, que enfatizaba la crisis humanitaria de los centroamericanos del Triángulo norte (TNCA)—los más altos con las tasas de muertes violentas en el mundo—. “Las personas continúan saliendo a causa de la violencia, pero las políticas represivas empleadas actualmente han empeorado la crisis humanitaria", refirió por su parte Gabriela Ocampo, responsable de Comunicación de MSF. “El propósito de este informe es exponer esta tragedia".

Sergio Martín añadió que las políticas migratorias aplicadas por EU y aceptadas por México y países centroamericanos expone más peligrosamente a los migrantes, principalmente a través de programas como Quédate en México, que obliga a los centroamericanos a permanecer en ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Tamaulipas, mientras se resuelve su solicitud y donde también son víctimas de persecución y extorsión.

“A través de programas como éste, el gobierno estadunidense ha enviado a más de 60 mil personas a ciudades donde están sumamente expuestas mientras se ‘resuelve’ su solicitud. Ciudades como Nuevo Laredo o Reynosa, donde nuestros reportes refieren que alrededor del 84 por ciento de población mexicana ha sufrido algún hecho violento. “Llevar a las familias centroamericanas a estas ciudades para su ‘seguridad’ es una falacia y motivo de indignación absoluta, puesto que las exponen a más peligros. Es una medida de disuasión que el gobierno mexicano ha aceptado, no lo olvidemos”.

Enfatizó que ante este panorama, MSF solicita a los gobiernos de EU, México y el TNCA la suspensión de estas políticas migratorias para acabar con la “deshumanización y criminalización del migrante centroamericano”.