Opinión

La moda thrift en Monterrey

La moda thrift es una tendencia seguida principalmente por mujeres de entre 17 y 30 años (o un poco más) que se construye a través del consumo, la confección y la comercialización de ropa usada, preferentemente de tipo “vintage” o “retro”, y de accesorios también usados o elaborados por quien los vende

La moda thrift en Monterrey

La moda thrift en Monterrey

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Efrén Sandoval Hernández*

En Monterrey, como en muchas otras aglomeraciones urbanas del país y del mundo, es cada vez más fácil encontrar jóvenes que se identifican con ciertos estilos de vestimenta y de consumo. Entre ellos destacan mujeres para quienes la ropa “vintage” es un objeto directamente asociado con la identidad individual y grupal, de tal manera que con las prendas tienen una relación especial. Para una joven que se identifica con esta tendencia, la ropa es buscada, encontrada, modificada, estilizada y luego vendida o comprada en el marco simbólico de una “marca local” y los intercambios dentro de una colectividad. A esa tendencia la llamo moda thrift. Analizar este tipo de tendencias devela la importancia que el consumo tiene en la elaboración de identidades individuales y colectivas en el mundo urbano, y los cambios en las maneras de consumir y de usar aquello que compramos.

La moda thrift es una tendencia seguida principalmente por mujeres de entre 17 y 30 años (o un poco más) que se construye a través del consumo, la confección y la comercialización de ropa usada, preferentemente de tipo “vintage” o “retro”, y de accesorios también usados o elaborados por quien los vende. En realidad, quienes llevan a cabo la práctica de la compra y venta de ropa vintage, no se identifican como parte de una identidad, colectivo, moda, estilo o tendencia, más bien, propongo denominarla con el nombre de trhfit pues así se llaman

algunos mercados que varias veces al año organizan las vendedoras de estas prendas.

La tendencia thrift gira en torno a la venta y compra de ropa usada tipo vintage y otros accesorios, en una dinámica en donde, quienes venden, son también usuarias del mismo tipo de vestimenta, y quienes consumen también suelen actuar como vendedoras. En una trayectoria clásica, las vendedoras de ropa thrift, también conocidas como bazareñas, tienen un gusto por la ropa vintage o de segunda mano, lo cual implica también el deseo de no vestirse “convencionalmente” tal y como lo dicta la fast fashion y/o las marcas globales. A partir de este gusto y tendencia, las usuarias consiguen la ropa desechada por algún pariente de más edad o de una generación anterior, generalmente la madre, una tía o la abuela. De ese guardarropa seleccionan aquello que quieren o pueden vestir y aquello que ofrecerán en venta. En este último caso, crean cuentas de Facebook e Instagram que fungirán como bazar de ventas, y ahí suben fotografías de las prendas, les ponen un precio y las difunden. Al hacer todo esto, se están creando un bazar y una marca.

Con las consumidoras se acuerdan lugares de entrega, que generalmente será uno de los lugares ya acostumbrados por quienes hacen este tipo de intercambios: una estación del metro, un “mercadito trhift”, o un lugar especializado en este tipo de entregas, que en el caso de Monterrey es el mercado Coco Pulga. Si las ventas van bien, si hay gusto por lo que se hace y si otras circunstancias materiales y personales lo permiten, la actividad se irá haciendo más sistemática: ofrecer nuevas prendas cada semana, hacer mayor promoción en internet, hacer ofertas especiales. Otra etapa consistirá en buscar prendas en los miles de puestos de ropa usada que hay en los tianguis, seleccionando aquellas que se apeguen al estilo que la bazareña propondrá a sus clientas. De acuerdo con la investigación que he realizado sobre la tendencia thrift, los bazares más exitosos o los que tienen mejor reputación o antigüedad, son propiedad de mujeres que al momento de fundarlo estudiaban alguna carrera vinculada con las artes, el diseño o las humanidades. Fundar un bazar y más aún consolidarlo a través de un estilo propio que se ofrece a la comunidad thrift, es una cuestión de creación que eventualmente es congruente con la formación profesional de la bazareña.

Cuando el bazar se consolida en redes sociales, en algunos casos se pasa a otra etapa que consiste en abrir un local comercial, el cual generalmente ocupará un espacio pequeño o aledaño a otro comercio,

como un café, un bazar de antigüedades, una venta de discos LP. Es común que varias “marcas” compartan un solo local, en donde cada una de aquellas será reconocida por su estilo propio y por las etiquetas, logotipos o colores que la identifican.

El tipo de ropa que en general compone la ropa thrift es de estilo vintage o “retro” (no tan antiguo como lo vintage), la mayoría son colores opacos o contrastantes, telas de algodón y, sobre todo, piezas únicas. Algunos ejemplos pueden ser vistos en las fotografías que, como parte de un artículo publicado recientemente (https://encartes.mx/sandoval-gonzalez-intimidad-thrift-monterrey/) fueron tomadas por la fotógrafa Kat Azul.

La moda thrift es una más de las maneras en que, principalmente las jóvenes universitario y jóvenes adultas manifiestan su concepción del mundo a través de la elaboración de prácticas sociales y económicas que reúnen determinadas características: se preocupan por aquello que consumen y cómo lo consumen; procuran consumir productos hechos por quien los vende (muchas veces artesanales) bajo el eslogan de una “marca local”; son producidos con materias primas orgánicas o mediante procesos ecológicos o de reciclaje; un ambiente en que compradores y vendedores parecen estar unidos por la pertenencia a una misma comunidad, e incluso muchos consumidores también son vendedores; una pretensión o sensación de autenticidad en contra posición a otras formas de consumo consideradas más convencionales; prácticas de colaboración y cooperación que se contraponen a la competencia característica del mercado y del consumo. Estas tendencias, divulgadas globalmente a través de la difusión de ideas en medios de comunicación y tecnologías de la información, se llevan a cabo tomando en cuenta también las particularidades locales. La abundante presencia de ropa usada en los tianguis, las carencias económicas, las desigualdades sociales, el clasismo, las maneras de ser mujer, se combinan para dar paso a los estilos y las creaciones propias de las bazareñas en este caso, de Monterrey.

*El doctor Efrén Sandoval Hernández es Profesor Investigador CIESAS Unidad Noreste.