Opinión

La nueva Ciudad de México

El Dr. Mario Molina, Premio Nobel de Química
El Dr. Mario Molina, Premio Nobel de Química El Dr. Mario Molina, Premio Nobel de Química (La Crónica de Hoy)

“Hablo de la ciudad construida por

los muertos, habitada por sus tercos

fantasmas, regida por su despótica memoria”

LARGA HISTORIA

La Ciudad de México cuenta con una larga historia que va desde la fundación de la gran Tenochtitlan; el nacimiento del Ayuntamiento; la instalación de la Capital del Imperio, primero, y la Capital de la República, después, que la han convertido en una de las más grandes y pobladas del mundo.

En breve su estructura política cambiará nuevamente debido a la reforma política que la dotará de una Constitución propia y una estructura política semejante al resto de los estados, convirtiéndose en el estado 32 de la República Mexicana y capital por ser sede de los poderes federales.

 La Constitución Política de la Ciudad de México (Ley Suprema de la Ciudad de México) establecerá las normas para la organización y funcionamiento, así como las facultades del Tribunal de Justicia Administrativa, dotado de plena autonomía para dictar sus fallos y establecer su organización, funcionamiento, procedimiento y, en su caso, recursos contra sus resoluciones.

A partir del 2018, en las 16 delegaciones serán elegidos alcaldes junto con diez concejales. En total serán 176 nuevos funcionarios. En tanto, a partir de 2021, las 16 delegaciones podrían subdividirse y ser más de 20.

Este momento Histórico para los capitalinos tendrá también otra característica: la sustitución del actual jefe de Gobierno, previo a la elección formal del primer Gobernador de la Ciudad de México, en virtud del anuncio de Miguel Ángel Mancera de renunciar próximamente para postularse como candidato a la Presidencia de la República.

EL INTERINO

Desde la reforma de 1997 que permitía a los ciudadanos capitalinos votar para elegir al ejecutivo del D.F., cambiando su nombre por el de Jefe del Gobierno, el PRD ha logrado ganar la elección y generar todos los jefes de Gobierno: el primero, Cuauhtémoc Cárdenas; su interina, Rosario Robles; posteriormente, Andrés Manuel López Obrador y, a su renuncia para postularse a la candidatura por la Presidencia de la República, Alejandro Encinas lo sustituye como interino; Marcelo Ebrard es electo para el periodo 2006-2012; y Miguel Ángel Mancera logra el triunfo en el 2012, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿quién pinta para relevar a Mancera en la Jefatura de Gobierno? Su periodo será corto pero intenso, pues tendrá que estar al frente de la ciudad a lo largo del proceso electoral que se advierte complicado.

 Se manejan tres nombres de manera insistente: Patricia Mercado, la actual secretaria de Gobierno, que se supone sería la sucesora natural, tiene experiencia y temple; también se menciona a Manuel Granados, consejero jurídico y exlíder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, un hombre de confianza total de Mancera. Hablando de confianza también se menciona a José Ramón Amieva, que también podría asumir el cargo. Claro que es un puesto del más alto rango, pero con un límite de tiempo. Si alguien es jefe o jefa de Gobierno no podrá dar un salto al Poder Legislativo. Se habla también del joven e inteligente Salomón Chertorivski, pero se afirma que él quiere pelear una candidatura, ya sea para la jefatura de Gobierno o para una senaduría.

LA LLAMADA IZQUIERDA

La era del dominio político de los partidos llamados de izquierda en la Ciudad de México arrancó formalmente en 1997, con la elección de Cuauhtémoc Cárdenas como primer jefe de Gobierno de la metrópoli. No obstante, el cambio comenzó a gestarse en ocasión de los grandes sismos de 1985, que significaron un rompimiento entre el gobierno tricolor y la ciudadanía que a la larga resultó irreparable. En 1988, cuando el michoacano compitió por primera vez por la Presidencia de la República, entre las plazas de la República en las que triunfó se encontraba el entonces Distrito Federal. Fue la señal de que un cambio político de gran magnitud tocaba a la puerta. Ya son veinte años de gobiernos perredistas en la ciudad y todo apunta a que esa tendencia no continuará, ya que según los sondeos de preferencias electorales, el triunfador de la elección del 2018 estará entre Morena, el favorito, y el PRD, su competidor más cercano.

Estamos hablando de 20 años. Puede decirse que una de las claves de la rápida y profunda implantación del PRD en la Ciudad se debió a que se volvió un pepenador de inconformidades y supo arrebatarle al PRI el control de los resortes de poder en la ciudad, de grupos de ambulantes, tianguistas, damnificados del sismo, taxistas, microbuseros y las clases medias ilustradas que se pronunciaron entonces por un cambio. Los mandos perredistas contaron entonces con el conocimiento que tenían del terreno de operaciones dos figuras claves: Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard, ambos encumbrados priistas que después se transformaron en consejeros de los perredistas, incluido López Obrador.

Se ha olvidado, pero en 1997 Cárdenas pasó por encima de Carlos Castillo Peraza, intelectual panista pero pésimo candidato; Alfredo del Mazo, exgobernador mexiquense; y hasta de don Pedro Ferriz Santacruz. Cárdenas arrolló y el PRD tuvo mayoría en la Asamblea. El PRI prácticamente quedó borrado del mapa capitalino y desde entonces no ha visto la suya, a pesar de que en el año 2000 compitió con un buen candidato, Jesús Silva Herzog. Las grandes expectativas del triunfo perredista se cumplieron, pero no el anunciado fin de la corrupción que siguió e incluso se incrementó.

LA CONTIENDA MORENA VS. PRD

Como candidatos naturales del PRD para el 2018 se han apuntado Alejandra Barrales, presidenta de ese partido; Héctor Serrano, secretario de Movilidad; y el doctor Salvador Ahued. Entre los candidatos de Morena se menciona a los delegados en Tlalpan y Cuauhtémoc, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal, como los aspirantes más fuertes, a quienes se debe añadir Martí Batres, jefe del partido en la ciudad. Claudia parecía, hasta antes del caso Tláhuac, la aspirante con más posibilidades, pero Tláhuac, cuyo delegado se había formado en la ventanilla de Claudia, puede echar a perder el panorama.

En el caso del PAN hasta el momento va sola la delegada en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, que es la única aspirante visible; Gabriela Cuevas se ha mantenido con un bajo perfil y no parece que se quiera meter a una contienda en la que no tendría posibilidades. Por parte del PRI podría competir para obtener algunos votos, Rosario Robles, que conoce bien la ciudad y los resortes de poder que sí funcionan. También se ha llegado a mencionar al secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, que sería una opción interesante. Para la mayoría de los observadores la ventaja de Morena parece irreversible, a menos que episodios como el de Tláhuac, lleguen a cambiar la correlación de fuerzas.

Algunos analistas expertos aseguran que debe imaginarse un escenario de un Frente Amplio también para la Ciudad de México, donde se trataría de sumar votos entre casi todos para frenar a Morena. Algunos dicen que Juan Zepeda, que tan buen papel tuvo en el Edomex, podría competir por el Frente en la Ciudad de México. Lo cierto es que pueden pasar muchas cosas. Los partidos saben que hay un enemigo a vencer. Morena con los recursos de la Ciudad de México puede ser imparable. De modo que no se sorprenda usted que se registren alianzas insospechadas. La cuestión es presentar una opción real que enfrente al candidato que postule Morena.

Nuevamente la Ciudad de México y sus habitantes vivirán un episodio electoral y democrático que pondrá a prueba la capacidad de los partidos y sus candidatos para disputarse la entidad más compleja del País.

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