La ópera es un género teatral y el teatro es un hecho social, por tanto, el teatro no se desarrolla en una pantalla de la misma forma que una escuela tampoco lo hace. En ese sentido, todo lo que se puede hacer a través del streaming, está hecho, señaló el director de escena Marcelo Lombardero en la mesa Los posibles futuros de la ópera, actividad complementaria de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia.

La crisis que atraviesa el teatro, así como el streaming, no vinieron con la pandemia, sino que se agravaron y “quienes deberían estar haciendo algo son las instituciones y los estados, pues la ópera es una entelequia”.

“El problema es que el Estado se ha estado retirando durante los últimos años de los lugares de producción teatral, pero la reconstrucción no va a ser posible sin una fuerte presencia del Estado. El problema y la contradicción es que los estados quieren deshacerse de esas instituciones mamotréticas que son los teatros de ópera, con lo cual hay una lucha intrínseca”.

Se tiene que reconocer que ni la música ni la ópera ocupan hoy el lugar que ocupaban en otras épocas dentro de la idea de lo político, explicó. “Los políticos se dieron cuenta que la cultura no les da votos y por el contrario les saca dinero que podrían ocupan en otras actividades”

“Lo que me da esperanza es que un grupo de espectadores en comunidad se ven representados arriba de un escenario y esto es hoy un acto contra fáctico y anti sistémico”.

Por otro lado, apuntó, el streaming ha sido contraproducente para el teatro, sobre todo las transmisiones de cine. “La compañía que inventó eso, el Metropolitan Opera House, acaba de enfrentar una crisis financiera enorme que en gran parte se atribuyó al streaming por el encarecimiento de las producciones y porque el público decidió ir al cine y no al teatro”.

El director de orquesta Iván López Reynoso reconoció que permanecen problemas previos a la pandemia y que se han tratado de formas distintas dependiendo el país o la institución, sin embargo, destacó que es el momento de reflexionar si todas las decisiones que se han tomado respecto a la cultura y a la ópera son las correctas.

“La cultura tendrá que seguir estando ahí y tan es necesaria que, de una forma inconsciente o no meditada, ésta ha sido la gran acompañante de la humanidad en la pandemia. No obstante, imaginarnos futuros posibles nos lleva a preguntarnos si hemos tomado las decisiones correctas o si se están tomando”.

No puede dejar de haber cultura ni ópera y menos reinvención en la ópera, aseveró. “La ópera es un espectáculo que se tiene que seguir moviendo. Cerrar o cancelar un espectáculo tendría que ser la última solución a considerarse”.

Esta es la oportunidad de refrescar el repertorio, sin dejar de lado el ya esperado pues siempre habrá alguien que vaya por primera vez a ver una Traviata, una Bohéme o una Carmen, ya que actualmente se ha creado un nuevo público que tiene mucha curiosidad y que ha generado mucha expectativa.

Al respecto, Marcelo Lombardero añadió que el problema del repertorio y los públicos también son problemas preexistentes que son consecuencia del retiro de los artistas del lugar de las decisiones. “Los directores artísticos de los teatros han dejado de ser directores y cuando son artistas están debilitados por una maraña institucional”

“Este al que llamamos sistema no funciona y lo que hace es retirar público de los teatros porque lo que se hace es una cuestión casi rutinaria en la ópera y nos impide avanzar”.