Opinión

La oposición como gremio empresarial y santurrón

La oposición como gremio empresarial y santurrón

La oposición como gremio empresarial y santurrón

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Más allá de los beneficios que le traería al país la conformación de una oposición menos rupestre como la que encabezan Xóchitl Gálvez y ese géiser de memes llamado Marko no se qué, es indudable que de vez en cuando hay que pasar revista por la oposición grotesca y otras dos que clasificaremos para fines didácticos en oposición vociferante e indignada y oposición retardataria (en la que militan también uno que otro transform@r modelo 4T).

Desde luego que esta clasificación arbitraria y atomista de las oposiciones mexicas no implica que entre ellas no haya complicidades, ciertos grados de afinidad y negocios perversos: jugosos pero poco rentables para el país (aunque al amparo de “financiamiento” público hayan conocido mejores momentos); y multimodales: sector energético, mediático, bancario, de mediciones a modo, etcétera.

De lo que no hay duda es que la imaginación de este sui generis empresariado que no conforme con la firma de muchos contratos arbitrarios y bajo reserva pública de sus condiciones, por lo regular leoninas, los exhibe operando de manera gremial para defender sus bisnes frente un gobierno que se hace cada vez más bolas con sus alegres y prometedoras cuentas y dispuesto a ser implacable, por lo menos en el discurso, contra la corrupción.

1.- Oposición grotesquilla: cree que ayuda a la causa reaccionaria con sus ocurrencias, pero la hunde y la expone más. Sus integrantes practican, sin proponérselo, terapias de lodo que viajan por las redes sociales. Por lo regular descubren que volvieron a fallar cuando después de una puntada (metaforizada en orejas de burro, peticiones delirantes de SOS internacional en el peor estilo de Guaidó o una foto en pijama) les llega el primero de una larga serie de memes. Les encanta el protagonismo ramplón, y al alud de la antipatía natural que despiertan por sus grados de memez, lo califican de “campaña de boots”, falta de seriedad de las redes sociales, etcétera.

Tengo la esperanza de que acaso algunos de ellos tomen terapia y descubran, con la ayuda de buenos psicoanalistas, los orígenes misteriosos de su indecible grotecidad.

2.- Oposición vociferante e indignada. Es la que se siente permanentemente vulnerada en una libertad de expresión que nunca, y menos ahora, se les ha escamoteado.

Articulan mejor el pensamiento que sus colegas de la primera categoría, pero también le entran durísimo a la victimización y a las condolencias públicas cuando sus transas se exponen. A muchos de ellos les gusta el protagonismo, pero lo practican con relativa mayor eficacia que la oposición grotesca. Les enfurece reconocer qué hay otros agentes de la noticia que con escasos recursos, sin intelectuales de alto rendimiento y con no poca frecuencia practicantes de análisis que ellos califican de grotescos o elementales, tienen altísimos grados de audiencia en un medio que detestan y minimizan: YouTube. En twitter miran la paja en el boot ajeno, sin reparar en las granjas de boots que milagrosamente revierten tendencias y desvían debates.

3.- Oposición retardataria. Es la que llama trapos a la indumentaria simbólica y de protesta feminista y LGTB, la que busca abrirle canales de televisión a las iglesias, la que criminaliza a los usuarios de alcohol, cannabis y otras drogas, la que tira línea para que el pensamiento liberal de muchos votantes y militantes activos de Morena, entre en limbos porque no es rentable políticamente.

La verdadera oposición es la que ahora está dentro de Morena. Pero, como siempre, una buena parte lucha por huesos, prebendas perdidas y no por agendas constructivas. Aunque desde luego, paciente lector, eso es otro artículo.

dgfuentes@gmail.com