Los libros son un punto de encuentro entre las diversas generaciones y la poesía ofrece un acercamiento distinto al lenguaje, ya que las palabras no sólo se utilizan para comunicar necesidades, ésas son dos ideas que comparte en entrevista con Crónica Micaela Chirif (Lima, 1973), ganadora del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2019 que otorgan el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Fundación de las Letras Mexicanas.

La escritora peruana que obtuvo el galardón por su libro La mar opina que la poesía implica jugar con las palabras y sus sonidos.

“Es una alegría enorme recibir el premio y me da mucho gusto que exista un reconocimiento de poesía para niños, independientemente de que yo lo reciba, me parece que es algo inusual y es importante que continúe, porque el ejercicio de la poesía con el lenguaje es distinto que en la narrativa”, señala Micaela Chirif.

En general, tenemos un acercamiento al lenguaje sólo como un instrumento de comunicación, como una herramienta que usamos para hablar, añade la también cuentista.

“Usamos el lenguaje casi sólo para decir qué preferimos, si queremos tal o cual cosa, entonces la poesía nos recuerda que el lenguaje también es jugar con las palabras, incluso cuando no signifiquen nada o cuando sólo sean juegos sonoros. Por ejemplo, a los niños les gusta repetir una palabra o juntar palabras que suenen bien. La puerta que la poesía abre es ésa: aproximarnos de otra forma a las palabras”, indica.

Micaela Chirif, que visitó el país en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara expresa que es en las primeras edades cuando la lectura en voz alta, las canciones y rimas son actividades claves para que los niños se acerquen a la literatura.

“La primera aproximación a la literatura son las canciones o rimas que las mamás o papás cantan a sus hijos. En mi caso, cuando escribo siempre pienso en el poema y lo voy repitiendo en voz alta para ver cómo suena porque el poema tiene una musicalidad, un ritmo y eso es fundamental”, opina.

—La lectura en la infancia involucra a los padres…

—Si los padres no leen es más difícil que los niños lean porque a veces queremos que la lectura sea una obligación, entonces el rechazo de los niños es inmediato porque cualquier cosa que te quieran imponer no funciona, pero si los niños ven que los adultos disfrutan los libros, en algún momento los tomarán y leerán.

“Se deben formar padres lectores para que haya niños lectores, en ese sentido, el registro del libro álbum ayuda mucho porque puede ser atractivo para los niños y también para los adultos, de manera que las lecturas pueden ser compartidas y puedes tener libros que disfrute tanto el niño como el padre o el abuelo. En general, los libros son un punto de encuentro entre las diversas generaciones y una posibilidad de abrir conversaciones”, responde.

NIÑOS POETAS. Dos libros de Micaela Chirif figuran en la selección White Ravens: Buenas noches, Martina (Peisa, 2010) y Desayuno (Polifonía, 2014). En 2013, su libro ¡Más te vale, mastodonte! ganó el Concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento y su libro ¿Dónde está Tomás? (Ekaré, 2016), obtuvo el Premio Fundación Cuatrogatos y una mención de honor de la Medalla Colibrí IBBY Chile.

Uno de los recientes libros de la autora peruana es Dentro de una cebra, en donde un niño cuenta cómo es vivir al interior de una cebra.

“La idea de esa publicación es cómo alguien ve las cosas según el lugar en donde esté. Es un chico que explica cómo es vivir dentro de una cebra, cómo todo se ve con rayas y hacia al final, una mañana fueron a la playa la cebra y él y cuando la cebra vio a las gaviotas volando le dijo al niño: ¿y si nos mudamos?, entonces se fueron a vivir dentro de una gaviota”, narra.

Otra publicación de la autora es ¿Cantamos o no cantamos?, una antología de haikus de insectos y animales pequeños escritos por Issa, Basho, Buson y Kiyo, Shiki.

“El haiku es tomar una foto con palabras, entonces es un ejercicio descriptivo donde no hay metáforas ni imágenes y, claro, escogimos haikus de insectos porque son animales atractivos para niños, entonces la idea es invitar a los pequeños a salir al parque o en su propia casa observar a los insectos y escribir sus propios haikus”, indica.

En palabras de Micaela Chirif, los libros de poesía para niños deben de invitarlos a escribir. “Plantear las cosas de tal forma que el niño sienta que la poesía no es algo que sólo puede leer sino que también es algo que él puede producir. Todos deberíamos de poder escribir poemas aunque no nos dediquemos a eso, tener esa capacidad es una habilidad que deberíamos desarrollar”, comenta.