Opinión

La Presidencia, revelada

La Presidencia, revelada

La Presidencia, revelada

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Estamos a unas semanas del inicio de una nueva gestión gubernamental. No sólo por la coyuntura, sino por su historia, desarrollo, actualidad y perspectivas, la Presidencia es una institución depositaria de esperanzas, expectativas y acechanzas.

Un buen punto de partida podría ser La Presidencia Moderna, de Liébano Saénz; es, sin duda, uno de los mejores textos modernos de estudio y referencia en el tema en México. Es una lectura obligada por la seriedad del análisis y dominio teórico de la institución, la experiencia de primera mano del autor en el servicio público y la calidad del aparato crítico.

Inicia con la parte histórica, en la que transita de muy buenas y documentadas referencias del caso norteamericano, país creador del presidencialismo y donde más se ha estudiado la institución, a un análisis del caso mexicano desde los sesenta y hasta los noventa, con un corolario de las dos presidencias bisagra entre siglos: la de 1994-2000 y la de 2000-2006, que hay que leer con detenimiento para asimilar mejor la diferencia entre aquél México y el de hoy, que en tantos y tantos temas parecería tan distinto.

La obra sirve para una gran reflexión teórica sobre la institución, pero también como un muy específico manual de operación, con lo que sirve a esos dos públicos de los que Reyes Heroles hablaba: los preocupados y los ocupados, respectivamente.

La obra discurre igualmente por la conceptualización del sistema presidencial y sus componentes, que por los recursos a disposición del titular y por las capacidades y herramientas específicas que puede programar y debería usar y hasta una concreta y utilísima guía de funcionamiento de la oficina presidencial, con recomendaciones particulares para optimizar el tiempo y las relaciones del jefe de Estado.

Conviene hacer especial mención de la sección “Apartidismo”, en la que, si bien muy brevemente, Sáenz reflexiona, con datos concretos (históricos y contemporáneos) sobre la función del Presidente de la República frente a su partido político, en materia de cómo, cuándo, con quién y para qué capitalizar los logros de su gestión.

No se pierda el último capítulo, denominado “A manera de conclusión”. Cuenta con acápites dotados de profundas reflexiones generadas tanto por el estudio analítico-teórico como por la participación directa de ­Sáenz en los procesos políticos que abordan y por ello son imprescindibles en el cuerpo del libro: “El Presidente y las Jefaturas”, “Facilitación de mayorías legislativas”, “Reelección consecutiva de legisladores”, “Un presidencialismo parlamentarizado”, “Derecho de asociación, prerrogativas y elecciones” y “Fiscalización, legalidad y democracia interna”.

En la introducción misma, Sáenz demanda con tino que la institución presidencial amerita ser mejor ponderada por la sociedad, más profundamente estudiada y merece un más “explícito, cierto e irrenunciable” marco conceptual que la rescate del prejuicio, la controversia, la tensión y el desgaste a los que es sometida cotidianamente, sobre todo cuando toma decisiones trascendentes para la Nación, que no siempre reciben el reconocimiento y el consenso que merecen. La verdad es que se trata de una institución que no entendemos bien y deberíamos.

gsergioj@gmail.com

@ElConsultor2