Apartir de la columna, La Muerte del Arte Alternativo (9Ago2020), he escrito un libro sobre cuatro “muertes” del arte en el Siglo XXI. Paralelas a la Gran Recesión del 2008 y la pos-globalidad, el Arte Alternativo y Arte Experimental se han institucionalizado en México con Ex Teresa Arte Actual, el Museo Universitario del Chopo, MUCA Roma, etc, oficializando artistas de estratos marginados, LGBTTTI o Pueblos Originarios.

Salvo Arte Digital que enlaza siglo XX y XXI, el Arte Experimental se ha tornado una estéril asignatura académica que no produce pertinentes procesos, como en el Siglo XX hicieron video, instalación, performance, arte sonoro, etc. Los Espacios Independientes han pasado de ser alternativa para introducir artistas al ecosistema del arte a proveer a éste servicios outsourcing, surgiendo un Mainstream Independiente conformado por YEI; Patronato Arte Contemporáneo, PAC, Aeromoto, Gato Negro Ediciones, etc.

La tercer “muerte” es la Desaceleración en la Expansión del Arte Contemporáneo y su interdisciplina con Arquitectura, Cine, Filosofía, Politología, Historia, Pedagogía, Ciencia, Activismo Social, etc., así como el fallido anhelo de los artistas por escapar del mundo del arte y su historia con Arte de Participación Social, Arte Útil, Estéticas Relacionales y Arte Dialógico. Se analizan el Laboratorio de Arte San Juan de Dios, InSite/Casa Gallina, Supergas del colectivo danés Superflex, La Granja Transfronteriza de Torolab, El Partido del Pueblo Migrante de Tania Bruguera y Nerivela, Javier Toscano y Tekio, Agencia de Inteligencia Colectiva.

Una cuarta crisis es la de curadores como Cuauhtémoc Medina, Georges Didi-Huberman, etc. que han “tematizado” y desepistemologizado al arte de sus procesos estéticos y formales suplidos por temas “críticos”. Este libro propone la re-epistemologización estética del arte a partir de la Era de la Información y el Internet, impulsando un Formalismo Crítico donde el arte consolide su historia epistemológica global y recupere su función social.