Opinión

Las elecciones más inciertas en España

Las elecciones más inciertas en España

Las elecciones más inciertas en España

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

España se encuentra ya sumida en la precampaña electoral. El 28 de abril hay comicios generales, es decir, para elegir nuevo presidente, y los partidos ya marcan perfil, cada uno desde su trinchera, para tratar de atraer a sus votantes y a los de otros partidos. El socialista Pedro Sánchez, todavía presidente, aprobó el viernes una batería de medidas sociales.

Por ejemplo, se ampliará el permiso por paternidad hasta 16 semanas (en México son cinco miserables días) en 2021, y las empresas deberán publicar unas tablas de sueldos para tratar de acabar con la discriminación salarial por sexos. “Muchas mujeres no exigen la supresión de esa diferencia porque no la conocen”, argumentó la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Por su parte, Pablo Casado ha alzado el tono en los últimos días, con un marcado tono electoralista, para, por ejemplo, decirles a las mujeres que dudan si abortar o no que “sería bueno que sepan lo que llevan dentro”. “Mansplaining” de manual.

Ciudadanos ha movido fichas para tratar de marcar perfil propio, cuando las bromas sobre el parecido ideológico y hasta físico de su líder, Albert Rivera, con Casado, empezaban a ser insistentes. Inés Arrimadas, polemista profesional, dejará Cataluña, donde ya se ha doctorado entre los suyos y ha agotado a los demás, para dar el salto a Madrid. Antes, sin embargo, se fue a Waterloo, Bélgica, a la casa del expresidente catalán Carles Puigdemont para decirle, literalmente, que “la república catalana no existe”. Se plantó en su jardín con una pancarta y varios acólitos y aunque Puigdemont la invitó a pasar a charlar un rato, Arrimadas se negó a hablar con él. Un verdadero circo electoralista.

Y el partido en boca de todos, el ultraderechista Vox, que según las encuestas podría rebañar hasta 20 escaños, tiene la campaña hecha en el juicio a los líderes independentistas catalanes, donde, para vergüenza de cualquier demócrata, ejerce la acusación particular.

Las encuestas no aclararán nada. Hace pocas semanas, cuando la especulación era fuerte pero Sánchez aún no había convocado las elecciones, los sondeos indicaban que PP, Ciudadanos y Vox tenían muchas opciones de reeditar el pacto que ya usaron en Andalucía para sacar a los socialistas del gobierno regional y facilitar que la derecha y la ultraderecha alcanzara el poder en Madrid.

Sin embargo, una vez los comicios ya tienen fecha, las primeras encuestas apuntan a una subida del PSOE,  que frustraría la mayoría absoluta de PP, Ciudadanos y Vox. Aunque la fuerte caída de Unidos Podemos, que podría pasar de los actuales 67 diputados a alrededor de 45, pondría en una situación casi imposible a Sánchez para formar gobierno. Y ni se habla de que, en el clima actual, el PSOE pactara, junto a Pablo Iglesias, con los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes. Estos últimos, de hecho, hicieron naufragar los presupuestos generales de 2019 de Sánchez, lo que detonó la convocatoria electoral.

De hecho, de Unidos Podemos poco se habla, porque las divisiones internas en el partido —un clásico histórico en la izquierda— han llevado a que el tema candente sea que Izquierda Unida se plantea romper la coalición con Iglesias y quitarle el “Unidos” al partido.

En resumen, ahora mismo el escenario más probable tras el 28-A es que España se encuentre en una situación política muy parecida a la de hace algo más de tres años cuando, en diciembre de 2015, el resultado electoral arrojó un Congreso tan dividido que los partidos nunca lograron un acuerdo para elegir a un nuevo presidente y el país tuvo que volver a votar siete meses después.

Sin embargo, la fuerte caída del PP, manchado por la corrupción, dibuja un escenario todavía más dividido, y la previsible irrupción de Vox, que podría lograr hasta 2 millones y medio de votos, hará todavía más difícil llegar a acuerdos, porque las trincheras se cavan más hondo cuando el discurso se radicaliza.

Que nadie se extrañe demasiado si allá por noviembre los españoles deben volver a las urnas una vez más.

marcelsanroma@gmail.com