Opinión

Las fiestas guadalupanas

Las fiestas guadalupanas

Las fiestas guadalupanas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Están por iniciar los festejos por los 488 años de los acontecimientos guadalupanos que tuvieron lugar en el Tepeyac, y como cada año, se espera la llegada de millones de peregrinos que oscilan entre los 6 y los 8 millones de fieles, sin tomar en cuenta que, en todo México, la gente acude a incontables iglesias y muchos más siguen las transmisiones que se hacen por radio y televisión. No hay la menor duda de que se trata de una fiesta religiosa de nacional.

Desde el último año del gobierno pastoral del papa Emérito Benedicto XVI, y más ahora con el papa Francisco, la Basílica de San Pedro en el Vaticano se ha convertido en sede de los festejos litúrgicos de la Virgen de Guadalupe, devoción que siempre ha tenido como se comprueba cuando sólo era cardenal, al haber designado a una iglesia en su natal Buenos Aires, bajo el patrocinio de San Juan Diego, a quien declaró patrono de los floristas. El Santo Padre estuvo en la Basílica de Guadalupe durante su visita a México, el 13 de febrero de 2016, además de que le envió a la Virgen una corona y un ramillete de cinco rosas de oro.

Desde hace un año, la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Arquidiócesis de México ya están en preparación por los 500 años de aquellos sucesos que tuvieron lugar en diciembre de 1531, y que tienen especial importancia internacional desde el pontificado de San Juan Pablo II, cuando beatificó y canonizó al indígena vidente del Tepeyac.

De momento, en un templo de la ciudad de Roma, la Basílica de Sant’Andrea della Valle, se lleva al cabo una exposición fotográfica con 38 imágenes de mediano formato, sobre la devoción popular en la Basílica de Guadalupe, y que fue promovida por el semanario Desde la fe; también ya se organiza la peregrinación anual de la Arquidiócesis Primada de México que tendrá lugar el 18 de enero, abriendo el camino para la peregrinación de las demás diócesis del país.

Además, la Basílica de Guadalupe está gozando del privilegio de un año jubilar, concedido en Roma, por los 125 años de la coronación pontificia que se verificarán en el año 2020, razón por la que este festejo durará hasta el próximo 12 de octubre.

La Virgen de Guadalupe, una advocación mariana de carácter apocalíptica por la luna que aparece a sus pies, y que recuerda a una cita del Apocalipsis de San Juan, (12,1 - 18), que dice: “Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”, cada día goza más frecuente su devoción a nivel internacional, más allá del continente americano donde Ella ha sido declarada Emperatriz y protectora.

Las imágenes apocalípticas de la Virgen María, ya sea como esculturas o en imágenes planas, tienen un profundo sentido profético, y en el caso de México, hay un doble significado puesto que la ciudad de México–Tenochtitlan estaba sobre un islote del lago de Texcoco cuyo significado en náhuatl es “En el ombligo del lago de la luna”.