Cultura

“Las manos de mamá, un homenaje a la madre dispuesta a darlo todo”

Esta novela narra desde la visión de la hija, los recuerdos de su madre en Villa Ocampo y en Pa-rral, al norte de México, en pleno movimiento revolucionario, ayudando a los villistas y a los militares, cosiéndoles las camisas o escuchando sus anécdotas, señala Luz Elena Gutiérrez.

Esta novela narra desde la visión de la hija, los recuerdos de su madre en Villa Ocampo y en Pa-rral, al norte de México, en pleno movimiento revolucionario, ayudando a los villistas y a los mili-tares, cosiéndoles las camisas o escuchando sus anécdotas, señala Luz Elena Gutiérrez.

“Las manos de mamá, un homenaje a la madre dispuesta a darlo todo”

“Las manos de mamá, un homenaje a la madre dispuesta a darlo todo”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A propósito del Día de la Madre, Crónica recuerda dicho libro a través de la voz de Luz Elena Gutiérrez de Velasco, especialista en literatura mexicana e hispanoamericana por El Colegio de México.

Las manos de mamá narra desde la visión de la hija, los recuerdos de su madre en Villa Ocampo y en Parral, al norte de México, en pleno movimiento revolucionario, ayudando a los villistas y a los militares, cosiéndoles las camisas o escuchando sus anécdotas. En la novela, Nellie Campobello describe a su madre y, por tanto, su infancia.

“Las manos de mamá es un texto excepcional dentro de lo que llamamos la novela de la Revolución que es un género muy extraño porque ni todo es novela y muchas de ellas son memorias, biografías y tenemos un texto como éste”, señala Luz Elena Gutiérrez.

— ¿Ésta es la única novela que habla de la mujer en la Revolución?

— La mujer no es una figura ausente de la novela de la Revolución, de ninguna manera. Nos vamos a dar cuenta que están en un papel de compañeras de los combatientes, de adelitas y de las mujeres que fueron al frente.

“Pero detrás de los combates, en los pueblos, en lo que podríamos decir que es la retaguardia y donde, al mismo tiempo, es el lugar en que se está fraguando el descanso de los militares, la preparación de las batallas, el restablecimiento de los heridos y el entierro de los muertos, ahí está la madre de Nellie Campobello”, responde.

Las manos de mamá describe a una mujer que se quedó en el pueblo, en la retaguardia, esperando a que lleguen los combatientes a descansar. “Nellie va a trabajar el recuerdo de su propia madre cuando ella ya es una mujer en la vida cultural de México y no la niña que fue”.

En opinión de la investigadora, la madre que es nombrada en el libro como Ella cumple la función de las mujeres que en el México revolucionario aparentemente no participaron, pero sin las que hubiera sido imposible tener los éxitos que lograron distintos generales como Villa.

“Cuando ellos se replegaban y regresaban a los pueblos encontraban comida, quien les cosiera las camisas, quien estuviera al tanto de ellos. Las pinturas que hace Nellie de su propia madre son de una mujer alegre, de alguien que cantaba, de una mujer que bailaba y que en su misterio era buscada por los soldados para conversar con ella”, señala.

La protagonista de esta novela es la mujer del norte del país, no las de clases altas ni de las clases medias, “es el grupo de mujeres que en los pueblos esperaban a que llegaran los soldados, los combatientes y que esta mujer tan fuerte como Rafaela Luna Miranda —la madre de Nellie— estaban dispuestas a ayudar a todos, no sólo a villistas”, agrega Luz Elena Gutiérrez.

Campobello escribió en el sexto texto de los 17 que conforman la novela: “estaba sola; su compañero vivía en su recuerdo. La fuerza de su amor sostenía su cuerpo esbelto de mujer. Tenía lágrimas en el pan que nos daba”.

“Pinta a su madre como una belleza que tiene que ver con todo lo que es naturaleza, no sólo la flor, y no con cualquier flor sino la flor del maíz y no cualquier otro elemento sino con el trigo que finalmente esa mujer hacía tortillas que se bañaban en las lágrimas”, comenta la especialista.

En opinión de Luz Elena Gutiérrez, Las manos de mamá es un homenaje a la madre dispuesta a darlo todo y a hacerlo todo por todos los hijos.

“Es una historia tremenda de esta mujer que —a pesar de ser una madre soltera, podríamos decir una jefa de familia como ahora hay tantas—, se hizo cargo de sus hijos con valentía y fuerza, salió adelante y sus hijos encontraron caminos diversos en sus vidas. En el caso de Nellie y Gloria fueron dos eminentes bailarinas, Gloria también gran coreógrafa, y Nellie la gran escritora mexicana y representante de la novela de la Revolución”, indica.

EDICIONES. Aunque poco se sabe de la materialidad del texto, Luz Elena Gutiérrez comenta que Las manos de mamá se publicó en 1937 gracias al entonces director de Bellas Artes, José Muñoz Cota, con un tiraje limitado de 300 ejemplares. Después, se imprimió en 1949, tiempo en que Nellie era una figura controvertida.

Posteriormente, el libro se presentó para un público amplio gracias a una lectora olvidada: Berta Gamboa de Camino, quien recuperó los textos para introducirlos en el libro La novela de la Revolución Mexicana pero, tras su muerte, la antología la retomó Castro Leal, quien la publicó en 1958.