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Las matemáticas son el lenguaje más  viejo e intercultural de la humanidad

A lo largo de los siglos, se fue forjando por diferentes civilizaciones en todo el mundo y no fue fácil, dice Raúl Rojas, experto en inteligencia artificial ◗ Están en cambio constante y generan nuevos conceptos

A lo largo de los siglos, se fue forjando por diferentes civilizaciones en todo el mundo y no fue fácil, dice Raúl Rojas, experto en inteligencia artificial ◗ Están en cambio constante y generan nuevos conceptos

Las matemáticas son el lenguaje más  viejo e intercultural de la humanidad

Las matemáticas son el lenguaje más  viejo e intercultural de la humanidad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El origen del signo matemático álef proviene del alfabeto hebreo y se utiliza para representar el infinito, la cardinalidad de todos los números enteros. La teoría de conjuntos que lo emplea fue desarrollada por el matemático alemán Georg Cantor, de origen judío, pero cuya familia se convirtió al protestantismo. Cantor también estaba interesado en temas esotéricos, especialmente en la cábala, en la cual las palabras también pueden interpretarse como números.

Cantor tuvo una vida difícil, puesto que la comunidad de matemáticos se mostró escéptica de su teoría todo el tiempo mientras la desarrollaba, pues querían continuar utilizando sólo conjuntos finitos de objetos. Entre ésta se encontraba su profesor, Leopold Kronecker, quien bloqueó su trabajo para evitar que subiera de puesto.

Esto provocó una crisis en Cantor, la cual lo llevó al hospital psiquiátrico. “El rechazo de su teoría y de  su persona fue demasiado estrés para él”, señala el matemático mexicano Raúl Rojas. Al final la teoría de Cantor fue aceptada y sus ideas esotéricas lo llevaron a utilizar el álef para representar el infinito. Por otra parte, Jorge Luis Borges, en El Aleph, hace una interpretación literaria de la historia, recuerda el científico.

“Así, cada símbolo matemático tiene una historia y podríamos pasar horas hablando del origen de cada uno”, añade en entrevista el profesor de la Universidad Libre de Berlín, quien es mundialmente conocido por su trabajo en robótica y por desarrollar la inteligencia artificial, la cual permite la conducción autónoma de autos que han atravesado territorio europeo e incluso carreteras mexicanas.

Rojas fue seleccionado ganador del IV Premio Internacional de Divulgación de la Ciencia Ruy Pérez Tamayo, otorgado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), por su libro El lenguaje de las matemáticas. Historias de sus símbolos, que será publicado por esta casa editorial. En éste, el científico relata en 54 capítulos las historias de los signos matemáticos, como la de Cantor.

Si bien desde hace casi 30 años se ha dedicado a la investigación en inteligencia artificial, Rojas es matemático de formación, raíz que nunca ha abandonado. Es también de su época de estudiante en que se interesó por el origen de conceptos matemáticos, los signos entre estos. Así, concibió el libro que se presentará a finales de 2018, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y será parte de la colección La ciencia para todos, que este año celebra tres décadas de vida con 250 títulos editados.

LENGUAJE UNIVERSAL. Raúl Rojas, Premio Nacional de Ciencias y Artes, relata que las matemáticas se forjaron en muchas culturas, desde los babilonios, hasta los griegos, europeos y culturas mesoamericanas. Uno de sus capítulos lo dedica al cero y los mayas, quienes de forma independiente crearon el concepto de sistemas de numeración posicionales, entre los cuales se requiere siempre marcar cuando no hay un dígito, es ahí cuando se emplea el cero. “Es increíble porque sólo hay dos culturas que desarrollaron el concepto del cero, la babilonia y maya, separados por miles de kilómetros de distancia”.

El científico refiere que las matemáticas son el lenguaje más viejo intercultural que ha creado la humanidad a lo largo de la historia. “No es un lenguaje para las palabras de un idioma, sino para representar conceptos matemáticos, que son los mismos en todo el mundo. A lo largo de los siglos se fue forjando ese lenguaje y no fue fácil; si uno revisa los textos matemáticos de hace 20 siglos, de los griegos, encontramos que casi no hay símbolos; si vemos los textos de los árabes encontraremos que todo era platicado, donde los problemas se exponían y respondían de forma verbal”.

Rojas añade que el uso intensivo de la simbología matemática es de apenas del siglo XVII y culmina en el XX, cuando el lenguaje quedó redondeado. “Pero éste sigue cambiando y hay nuevas áreas con nuevos conceptos, cada uno de los cuales requiere de un símbolo”.