Cultura

Llevan al cómic la historia de la caída de Tenochtitlan

Esta novela gráfica también narra cuáles fueron los mitos de la Conquista, señala el autor e ilustrador José Luis Pescador. Explica que serán tres libros sobre la visión indígena de este hecho

Llevan al cómic la historia de la caída de Tenochtitlan

Llevan al cómic la historia de la caída de Tenochtitlan

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“La caída de Tenochtitlan se puede leer con una perspectiva de género”, expresa el autor e ilustrador José Luis Pescador (Ciudad de México, 1979) a propósito de su libro La caída de Tenochtitlán. Libro I, donde narra desde la visión indígena cómo se fundó la antigua ciudad tenochca, cómo funcionaba el sistema de tributos, cuáles fueron los mitos de la Conquista y qué mujeres y diosas hicieron funcionar la vida política de Tenochtitlan.

La novela gráfica de Pescador inicia con la guerra entre mexicas y españoles en 1521, momento en que los indígenas están en el Palacio de Xocotitla o también llamado Palacio de las Mujeres curando a sus heridos, ahí una niña anhela ser la primera tlacuila.

“Empieza directamente en la guerra porque ya sabemos el final de ese episodio de la historia. Ya todo mundo sabe qué cayó Tenochtitlan, en el mismo título está dicho, no había porqué hacer la historia de forma lineal. Quise hacer una historia contada desde varios momentos empezando por el final, después voy en retroceso para entender qué pasó”, explica.

A partir de ese momento, el autor narra cómo era la vida indígena, en específico, la venta de productos en mercados y el gobierno de Moctezuma, pero también hace menciones específicas de mujeres, por ejemplo, aparecen las diosas Mayahuel y Xochipilli, así como la traductora Malitzin.

“La autora Camila Towsend tiene un libro sobre Malitzin y la documenta muy bien. Eso me dio pie a hacer una recreación de ella. Malitzin siempre ha estado muy sexualizada. Era una niña de 16 años cuando la entregan a Cortés, no puede ser que la hayamos visto siempre como una traidora”, señala.

Pescador indica que su libro tiene una narración que combate la falta de visibilidad de las mujeres.

“Hernán Cortés comete el primer feminicidio de la historia moderna de México al matar a Catalina, su esposa, y el hecho quedó impune. Eso se va ir retratando en los siguientes capítulos de la caída”, comenta.

— ¿Por qué decidiste usar términos náhuatl y no traducirlos al español?

— Había que recrear un mundo perdido y el cómic ayuda mucho. Es la ventaja que tiene sobre la literatura escrita, que lo que no se explica con palabras, lo explica una imagen.

“Me pareció importante que conociéramos a los mexicas desde adentro, a Tenochtitlan y su génesis. Serán tres libros donde el arco argumental es la visión indígena. Las batallas y lo que sucede en tiempo real en Tenochtitlan lo iremos viendo en los siguientes dos libros. Las fuentes que consulté fueron desde los cronistas iniciales españoles e indígenas del siglo XVI y XVIII, hasta los modernos como Miguel León-Portilla y Camila Towsend”, responde.

— ¿Cómo recreaste la vestimenta indígena?

— Por suerte hay muchas fuentes escritas y dibujadas, bastaba empaparse de ese material y de ver cómo se viste la gente hoy, en especial las mujeres. En Guatemala el vestido es un acto de resistencia cultural muy fuerte y es todo un lenguaje.

“Me basé en los cómics del siglo XVI, los códices son eso: un lenguaje híbrido que combina imagen y escrito. De ahí saqué las imágenes. Me di cuenta que no todo el tiempo estaban adornados como los concheros, tienden más a lo sencillo, a un traje de manta sencilla, aunque ciertas clases se podían vestir con joyas, adornos y tatuajes”, señala.

José Luis Pescador afirma que la caída de Tenochtitlan no es un tema que interese a los autores de novelas gráficas.

“En el ámbito mexicano pocos han agarrado ese tema. Está el libro Historia de un Pueblo, que editó la Secretaría de Educación Pública en los años 70 del siglo pasado, fueron unos cuantos ejemplos. Lo que abundan son superhéroes aztecas que no tienen nada que ver con la historia, son recreaciones libres”, expresa.