Cultura

Murales teotihuacanos de Querétaro revelan el pasado de la urbe

“En el año 200 o 250 d.C., alguna parte de las élites de Teotihuacán empezaron a mandar expediciones a diferentes partes de Mesoamérica…”, explica Fiorella Fenoglio sobre la zona arqueológica de El Rosario

Murales teotihuacanos de Querétaro revelan el pasado de la urbe

Murales teotihuacanos de Querétaro revelan el pasado de la urbe

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

*reynapazavendano@gmail.com

El perfil de un hombre con penacho, un corazón sangrante y las llamas de una antorcha son elementos representados en los únicos murales teotihuacanos que hasta el momento se han identificado fuera de Teotihuacán. Dichas evidencias se registraron en el sitio El Rosario, Querétaro, entidad donde arqueólogos estudian la existencia de diásporas comerciales teotihuacanas.

“En el año 200 o 250 d.C., alguna parte de las élites de Teotihuacán empezaron a mandar expediciones a diferentes partes de Mesoamérica para crear lo que en mi particular punto de vista se llaman diásporas comerciales, esto es, el establecimiento de diferentes sitios que dependen directamente de Teotihuacán y que sirven para explotar los recursos locales”, comenta en entrevista Fiorella Fenoglio, arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Al mismo tiempo, esas diásporas se conectaron con otras diásporas fuera de Querétaro, dinámica que le permitió a Teotihuacán tener suficientes productos y bienes para soportar su economía al ser una ciudad enauge.

“Es un tipo de conquista económica que se llevó a través del establecimiento de pequeños sitios en las zonas o áreas de interés para mantener estas relaciones o el control de rutas comerciales. Por eso es que en Querétaro tenemos varios sitios con presencia o elementos fundados por los grupos teotihuacanos”, indica la arqueóloga.

Algunos de esos sitios son: El Rosario, Peñitas, La Negreta, San Bartolo Agua Caliente y Santa María del Refugio, los cuales se ubican entre las actuales fronteras de Querétaro y Guanajuato.

En el mural se identificó el rostro de un personaje de perfil que porta su penacho con un elemento muy característico de los teotihuacanos: el corazón trilobulado.

“Esta diáspora le permitía a Teotihuacán tener recursos de cal, de madera y establecer un contacto con otra diáspora en Occidente, principalmente, alrededor del Lago de Cuitzeo donde en esa época se hacía una cerámica particular y preciada que se consumía mucho en Teotihuacán”, explica Fiorella Fenoglio.

En el sitio de El Rosario, ubicado en San Juan del Río, los investigadores han hallado 80 objetos líticos, entre cuchillos, puntas, navajillas y raspadores que, de acuerdo a análisis mediante fluorescencia por rayos X, están asociados a vetas de Zinapécuaro, Michoacán; Tulancingo y la Sierra de las Navajas, en Hidalgo; y a una fuente más que, se cree, es de carácter local.

“Es una ceremonia de toma de posesión… llegan a los sitios y dicen: ya estamos aquí, esto es nuestro”

Otra evidencia en El Rosario son murales policromados de estilo teotihuacano.

“Tenemos unos murales policromados extraordinarios que hablan directamente de la representación ideológica de Teotihuacán en este sitio. Hasta el momento son los únicos que se han encontrado fuera de Teotihuacán con toda la iconografía, las técnicas de elaboración y los pigmentos que se relacionan directamente con Teotihuacán, quiere decir que los pintores que hicieron esos murales eran teotihuacanos o, por lo menos, estaban muy empapados de la ideología teotihuacana porque están todos los elementos iconográficos clásicos de la gran urbe”, asegura la especialista.

–¿Qué elementos están plasmados en los murales?

–Gracias al estudio iconográfico, hecho por especialistas de la Universidad de Copenhague a lo que quedó de los murales…, sabemos que los murales teotihuacanos están compuestos por dos partes: la de abajo, que se le conoce como guardapolvo, y la parte de arriba, que se le conoce como talud.

“Identificaron el rostro de un personaje de perfil que porta su penacho con un elemento muy característico de los teotihuacanos: el corazón trilobulado que es un corazón partido a la mitad y sangrante.

“Además hay elementos del dios Tláloc con anteojera, bigotera y la lengua bífida, se ve que en la mano tiene una muñequera y que porta una antorcha e incluso se le ven las llamas de la antorcha saliendo de la mano”, responde.

La arqueóloga explica que para los teotihuacanos esos elementos son vitales porque al tratarse de año 200 o 250 d.C. “lo que ellos hacen es la ceremonia de toma de posesión de ciertos lugares, es decir, es como una ceremonia de llegar a los sitios y decir: ya estamos aquí, esto es nuestro. Esa ceremonia se asemeja con la ceremonia del Fuego Nuevo”.

Fiorella Fenoglio plantea que eso es lo representando en los murales, lo cual califica de significativo.

“Estos murales nos dan una explicación de por qué hay tantos cambios de las culturas. En San Juan del Río vemos un cambio completamente distinto de las culturas que había antes del momento en que encontramos los murales y la ocupación teotihuacana. Esto nos está hablando de la presencia de nuevos grupos en la región que modificaron la estructura de las culturas locales”, precisa.

La investigadora del INAH indica que en los otros sitios queretanos se observa una clara reproducción de los barrios y de algunos edificios importantes de Teotihuacán.

“Por ejemplo, en San Bartolo Agua Caliente tenemos dos zonas que son claramamente elaboradas con un patrón teotihuacano, uno que es igualito a La Ciudadela y otro que es igualito al sistema de tres montículos con patio al centro. Sí hay un patrón que se está repitiendo”, señala.

La arqueóloga opina que es necesario quitarnos la idea de que las sociedades en el pasado estaban aisladas.

“Desde que el hombre es hombre ha vivido en sociedad y ha estado en comunicación con otros grupos sociales porque de eso depende su sobrevivencia. Si yo no tengo una cosa para sobrevivir voy y busco en el otro grupo para intercambiarlo, para negociarlo, para comprarlo; el ser humano desde que existe es un ser social que depende no solamente de su grupo, sino de la existencia de otros”, indica.

Actualmente, Fenoglio continúa trabajando la presencia de Teotihuacán en el centro norte del país y trabaja en la recuperación del sitio La Estancia para entender cómo se comportaban todas las sociedades durante ese periodo.

“Estos murales nos dan una explicación de por qué hay tantos cambios de las culturas", refiere la arqueóloga.

NACIMIENTO DE QUERÉTARO. La arqueóloga Fiorella Fenoglio participará el próximo viernes 3 de septiembre a las 14:00 hrs en el Hay Festival Querétaro con la conferencia Mitos y realidades de la ciudad de Querétaro.

“La plática estará enfocada a tratar de desmitificar o dar datos arqueológicos e históricos sobre lo que realmente sabemos de la fundación de Querétaro. Si revisas, desde el punto de vista religioso e incluso desde el dato arqueológico, no hay una claridad de qué es lo que realmente había antes o cómo es que se funda la Ciudad de Querétaro”, comenta la experta.

Las evidencias arqueológicas hablan de un origen multiétnico, agrega Fenoglio. “Los grupos originarios que estaban en la región eran chichimecas, al interior estamos hablando de una gran diversidad de grupos chichimecas, de los grupos españoles que llegaron con la conquista y de los grupos indígenas que llegaron con los españoles”.

Por lo general, los estudios señalan que el origen de Querétaro sucedió a principios del siglo XVI, idea que refuta la arqueóloga.

“Lo que nosotros vamos a ver es que, en realidad, históricamente el territorio que hoy conocemos como Querétaro está ocupado desde el 7000 a.C. Hay una tradición más profunda. Muchos de los grupos que se van a encontrar los españoles portan esa tradición tan antigua, es decir, el grupo chichimeca se les conoce como los chichimecas históricos”, precisa.

No sólo son los primeros pobladores, sino son los grupos antiguos que lograron sobrevivir toda la época del sedentarismo, de los dominios teotihuacanos, toltecas, etcétera, añade Fiorella Fenoglio.

“Siempre estuvieron de manera permanente y son los que van a tener contacto original con los grupos españoles y con los grupos indígenas que vienen de otras regiones de Mesoamérica”, indica.

–¿Qué sucedió en Querétaro durante 1521?

–Si revisamos los documentos históricos, nos vamos a dar cuenta que la región del centro-norte fue de las últimas que lograron conquistar; estamos hablando de 1533 y 1537, e incluso en la sierra estamos hablando de finales del siglo XVI.

“No podemos equiparar lo que sucedió en el centro de México a cómo sucedieron las cosas en el centro-norte del país. Los grupos era distintos, la cultura mexica que enfrentó a los españoles en 1521 en el centro de México tenía características culturales y sociales completamente distintas a las que había aquí”, detalla.

La arqueóloga explica que en Querétaro la Conquista se tardó en llegar porque los grupos de personas eran más belicosos.

“Eran mucho más hábiles y conocían mejor el territorio, se sabían mover y esconderse mucho mejor que los grupos del centro que estaban más adaptados a sociedad agrícolas y, sobre todo, sedentarias en grandes ciudades. Esas fueron las razones por las que se logró tan tarde la conquista y la evangelización en esta zona”.

Arqueología en el Hay Festival

La ciudad de Santiago de Querétaro cuenta con casi cinco siglos de historia en los que convergen la presencia de los pueblos originarios, la marca de la Colonia, el papel crucial de la ciudad en la Independencia de México y la cultura contemporánea. Razón por la cual, desde 1995, fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Sin embargo, existen una serie de mitos y leyendas alrededor de sus orígenes prehispánicos, quiénes fueron los pobladores que se encontraron con los españoles y cómo fue su fundación.

Fiorella Fenoglio, arqueóloga investigadora del Centro INAH Querétaro, experta en temas de patrimonio presenta la charla magistral Mitos y realidades de la ciudad de Querétaro, el viernes 3 de septiembre a las 14:00 horas, que puede seguirse de manera virtual suscribiéndose en la página https://www.hayfestival.com/queretaro/inicio

La especialista es arqueóloga, maestra y doctorante por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Entre los temas de su especialidad se encuentran la protección del patrimonio arqueológico, el estudio de las sociedades que se desarrollaron durante el Clásico y el Epiclásico en el Bajío y la divulgación de la ciencia.