Opinión

Los que quieren reclamarle al otrora adorado Presidente

Los que quieren reclamarle al otrora adorado Presidente

Los que quieren reclamarle al otrora adorado Presidente

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Las giras del presidente Andrés Manuel López Obrador son cada vez menos tersas y aunque el mandatario las reduce a batallas del conservadurismo, del Partido Acción Nacional y de sus detractores, las expresiones ya preocupan y ocupan a la Secretaría de la Defensa Nacional que revisa protocolos de seguridad.

Tras la gira por el sureste nacional, atropellada y desatinada, se ha tomado una decisión: mantener al mandatario lo más posible dentro de instalaciones militares, una idea que él ha aprobado.

Si bien la tensión no es reciente y data de hace varios meses, las nuevas expresiones surgidas en el recorrido de la semana anterior por Puebla, Hidalgo, Quintana Roo, Veracruz, Morelos y Tlaxcala, mostraron grupos y mensajes cada vez hostiles; pero los informes detectaron algo más que explican por qué no ha bajado los cristales dejando una estela de enojo entre quienes lo esperan. Tal es el caso de las madres de desaparecidos en Veracruz que le reclamaron haber sido indulgente con la mama del Chapo y no con ellas.

Dicen escoltas y personal militar de avanzada y acompañamiento que los manifestantes han dejado de buscar el acercamiento al vehículo y la figura presidencial para tratar de saludar, tomarse fotos, entregar cartas y peticiones, ahora buscan exhibir las protestas ante los medios de comunicación con mantas, hacer escuchar a gritos sus reclamos y consignas y acercarse para provocar posible represión o grabar las reacciones de los elementos de seguridad.

Durante la más reciente gira por el sureste nacional, dicen los soldados, se detectaron acciones sistematizadas y similares entre los diferentes “grupos hostiles”, muy parecidas entre ellas en los diferentes estados visitados, particularmente tratando de separar el convoy, quedarse con algunos agentes de a pie y sacar a vehículos del camino.

Por ello, la decisión de seguridad del presidente se ha modificado y se encamina a mantenerlo lo más cerca de las instalaciones militares. Realizar los eventos en las zonas, bases y regiones, las entregas de apoyos en escuelas militares y los recorridos en las denominadas instalaciones estratégicas que ya contemplan procedimientos y protocolos de seguridad como son instalaciones de Pemexz, CFE, Comisión Nacional del Agua, Aeropuertos, Puertos, etc.

La medida implica que, en lo futuro, las giras del presidente más popular de la historia de México, quien ha recorrido el país en por lo menos cuatro ocasiones y cuyo lema es conocer cada rincón de la Patria, no pase de las instalaciones militares, con accesos restringidos para la población e incluso con eventos a puerta cerrada.

Aunque una de las imágenes más reproducidas de dichas protestas durante la gira del presidente fue aquella donde un joven es arrollado por una camioneta del convoy, en hechos sucedidos en el Estado de Tlaxcala, a la escolta militar le preocupa más lo sucedido en Morelos.

En Cuernavaca, López Obrador efectuó una visita al Hospital General del ISSSTE Dr. Carlos Calero Elorduy luego de desarrollar una conferencia de prensa matutina en la sede de la 24 Zona Militar ubicada en una de las más céntricas avenidas de la capital morelense.

Las movilizaciones y protestas obligaron a cerrar los pasos en ambos sitios que alteraron incluso los accesos al distribuidor a la autopista del sol con cierre al convoy presidencial, lo que solo pudo resolverse mediante la intervención de soldados.

Para todos es sabido que la extinción de un Estado Mayor presidencial para la protección del presidente no ha modificado en nada el hecho de que sean elementos militares de élite con el más detallado entrenamiento los que se encargan de su seguridad.

Lo que la Secretaría de la Defensa Nacional no puede arriesgar es que sean soldados de sus propias zonas y bases las que tengan que salir, uniformados y armados, a contener grupos de manifestantes en medio de un verdadero repudio nacional a policías civiles que agreden ciudadanos, como aún lo padecen Jalisco, la Ciudad de México y Oaxaca con casos que revelan exceso de la fuerza pública.

La posibilidad de reducir los riesgos de seguridad y de publicidad negativa contra el huésped de Palacio Nacional y su gobierno a través de un encierro en las instalaciones militares, puede derivar en otro peligro, que la mayoría de las veces desde el interior de los jardines, muros altos y campos militares no se alcanza a ver la calle.

Twitter: @Ethelriq
ethel.riquelme.fe@usb.edumx